ÍCONO del deporte paralímpico mexicano, Saúl Mendozavisitó por primera vez el Diario de los Deportistas y el Museo delos Ídolos del ESTO. Entre las piezas que se exhiben existe unfragmento del Muro de Berlín, con detalles de un graffiti que lellamó especialmente la atención, porque en sus diferentestravesías por el mundo recordó un episodio de su vida y loscontrastes de una Europa dividida, a consecuencia de la SegundaGuerra Mundial. Saúl, un versátil competidor en pruebas depista y de gran aliento, en donde siempre tuvo resultadosresonantes a nivel internacional, fue contratado por la Armada yFuerzas Especiales de los Estados Unidos. De visita en nuestropaís, se dio tiempo para convivir con el marchista CarlosMercenario y hacer el recorrido por la historia del deporte y elespectáculo de nuestro país.
Entre los programas que desarrolla Saúl, aparte de integrar ala sociedad a los combatientes, capacita entrenadores que danclases en las preparatorias, ya que es obligatorio el deporteparalímpico dentro de los programas de estudio, y otro a edadtemprana que coordina su esposa, en Texas.
“Los ayudo a comprender lo que es una discapacidad, y unavez que la sufren, se dan cuenta que no es tan difícil afrontarlacomo ellos pensaban”, y esa es su nueva misión en la vida. Lapersona con discapacidad tiene que descubrir que tienen muchashabilidades como lo hizo él a través de los programas delDIF.
Saúl Mendoza sufrió desde los seis meses de vida depoliomielitis, una infección viral que le paralizó tres cuartaspartes de su cuerpo; recordó que la rehabilitación llegó aser muy dolorosa, pero el deporte lo cambió, desde que eraportero de futbol, cuando sus amigos lo bautizaron como el“Pulpo”, hasta su ingreso al atletismo y su desarrollo en elalto rendimiento dentro del circuito profesional.
Empezó a destacar desde temprana edad con sus primerasvictorias en la Maratón de la Ciudad de México. Una vidadeportiva que tuvo repercusión a nivel mundial y ahora compartea través de sus charlas de liderazgo en empresas e institucionesde Estados Unidos y México.
Saúl Mendoza participó en siete Juegos Paralímpicos, fueabanderado nacional y conquistó las medallas de oro y plata,durante los Juegos Olímpicos de Sydney 2000 y Atenas 2004, en laexhibición de los 1,500 metros. Lo mismo hizo en Campeonatos delMundo de Atletismo convencionales.
“Aprendí a desarrollar ciertos potenciales, habilidades yson las experiencias que trato de aplicar como entrenador, nosolamente con los jóvenes de la preparatoria, no solamente conlos jóvenes que regresan de la guerra con problemas físicos,sino también tenemos un programa de niños que los ayudamos aintegrarse a la vida diaria y tengan una mejor autoestima ydesarrollen sus habilidades a un 100 por ciento”.
Saúl retomó la experiencia que vivió en Berlín eldeportista paralímpico que puso en alto el nombre de México enlos cinco continentes. Como ingeniero industrial fue contratado poruna empresa en Atlanta que construye sillas de ruedas y que erapunta de lanza tecnológica de materiales y aerodinámica. Cadaaño participa en los lanzamientos de las sillas para deportistasparalímpicos.
“Son de las cosas que cambian tu vida. Tuve la oportunidadde competir en Alemania, precisamente cuando el Muro de Berlínestaba cayendo y fue impresionante, porque dormíamos del ladosocialista y competíamos del lado capitalista, y podías ver ladiferencia. Yo creo que es lo bonito, el deporte en todos estosaños me ha dejado experiencias increíbles, me ha dado laoportunidad de conocer muchos países, de conocer muchas culturasy de tener diferentes amigos alrededor del mundo y vivirexperiencias que van marcando el rumbo de la historia y una deellas es estar en Alemania y ver cómo caía el Muro deBerlín”.
Saúl Mendoza, con ese gusto por la vida, la bondad que ledistingue, tiene en la familia, su esposa e hijo, el máximo logroen la cumbre del olimpo existencial. El deporte lo ayudó a tenerun estilo de vida y la forma de desarrollarse. No ha dejado dehacer ejercicio y también practica deportes invernales y otrasdisciplinas como el tenis y el tenis de mesa, entre otrosdeportes.
“Fue una gran fortuna representar a mi país y promover eldeporte paralímpico en el mundo”, declaró Saúl, luego dehablar sobre la situación para personas con discapacidad enMéxico. Es tiempo de crear programas deportivos y no esperar aque surjan deportistas de forma natural como antaño. En laactualidad ya no es posible.
El deporte con discapacidad envejeció y desafortunadamenteno se invirtió en los nuevos valores y será interesante vercómo subsiste México a esta crisis y espera con todo sucorazón que se mantenga el nivel de medallas, pero sí senecesita conciencia e invertir en los jóvenes.
