CDMX.- La selección de Francia dio ayer miércoles la gran sorpresa del Mundial de Baloncesto de China al ganar por 89-79 a la de Estados Unidos, campeona defensora del título, y lograr el pase a semifinales, donde se cruzará con Argentina.
Los estadounidenses no pudieron encubrir esta vez las deficiencias de ataque con las que llegó al Mundial. Su rival fue superior en todo momento, especialmente con dos hombres sensacionales como el pívot Rudy Gobert, que arrolló en el juego interior, y el escolta Evan Fournier, que se encargó de dirigir el ataque. Ambos se combinaron para 43 puntos.
El base Nando de Colo también fue decisivo en la recta final del partido, cuando a Estados Unidos se le olvidó anotar y después del empate 76-76 solo pudo sumar tres tantos por 13 de Francia.
Mientras el escolta Donovan Mitchell estuvo inspirado Estados Unidos pudo mantenerse en el partido, con remontada en el tercer cuarto. Pero luego el jugador de los Jazz de Utah se enfrió también y se quedó sin anotar en todo el cuarto, lo que cavó la fosa de la derrota de los actuales campeones.
El legendario entrenador Gregg Popovich no encontró la manera de buscar el mejor rendimiento ofensivo del equipo de Estados Unidos y ante un rival como Francia, que encontró su mejor juego en lo que va del torneo, no hubo ya “milagro” como el que se produjo con Turquía en la fase de grupos.
Estados Unidos, que desde el 2006 no había perdido en Mundial o Juegos Olímpicos, confirmó lo que muchos temían, incluido el propio Popovich: que sin las estrellas de la NBA la selección puede sucumbir ante las mejores de Europa.
La derrota cortó una racha de 58 triunfos consecutivos estadounidenses. Su última derrota en un Campeonato del Mundo fue en el de 2006 ante Grecia.
Gobert aportó un doble-doble de 21 puntos y 16 rebotes, más dos asistencias y tres tapones, mientras que Fournier acabó con 22 tantos, el líder del equipo en esa faceta.
El base Nando de Colo fue decisivo en la recta final del partido y acabó con 18 puntos.
Por Estados Unidos solo tres jugadores acabaron con números de dos dígitos: Mitchell, 29 tantos, líder del partido, y los bases Marcus Smart y Kemba Walker, con 11 y 10 tantos, respectivamente.
Entre los hombres altos de Estados Unidos, Miles Turner, que salió de titular, aportó apenas dos puntos con un rebote. Mason Plumlee y Brooks Lopez se combinaron para estar menos de seis minutos y se fueron sin anotación.
Demasiado poco para hacer frente a la inspiración que el equipo francés tuvo desde el inicio de partido. Tras forzar un empate a 18-18 en el primer cuarto, se fue al descanso con la ventaja parcial de 45-39, con Fournier y Gobert con 13 tantos cada uno y todo el equipo pleno de intensidad.
Solo Mitchell, con 15 puntos, y la defensa mantenía al equipo de las Barras y las Estrellas en el partido.
Luego llegaría la remontada del tercer periodo de Estados Unidos, pero solo gracias, de nuevo, a la inspiración de Mitchell, que aportó otros 14 puntos.
Eso le permitió al actual campeón del mundo remontar una desventaja de 10 puntos (43-53) y ponerse por delante en el marcador 66-63. Al inicio del cuarto periodo su ventaja llegó a ser de siete tantos (72-65) con canasta de Walker.
Pero cuando todo parecía que comenzaba a ser favorable para que sentenciase Estados Unidos ocurrió lo contrario, el bloqueo por parte de su ataque y el resurgir de nuevo de la mejor Francia con un De Colo genial y decisivo desde la línea de personal.
Estados Unidos sale del Mundial por la puerta de atrás y con su peor imagen en 13 años, responsabilidad que cabe achacar a las estrellas de la NBA que abandonaron al equipo a su suerte.
La única compensación para el equipo de Estados Unidos es que, al menos, ya está clasificado para los próximos Juegos Olímpicos de Tokio 2020, a los que con toda seguridad, tras el fracaso del Mundial de China, acudirán las estrellas de la NBA si es que desean defender el título de campeones olímpicos de Río de Janeiro 2016.