La tercera onda de calor azota gran parte del territorio mexicano, especialmente los estados del norte, y Durango no es la excepción ya que en esta entidad se han alcanzado temperaturas entre los 35 y 41 grados Celsius, de acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
Por lo que el calor excesivo puede ser un peligro para la salud, sobre todo si la exposición a temperaturas tan elevadas se prolonga. Si no tomamos ciertas medidas que ayuden al descenso del calor corporal y reestablezcan nuestro equilibrio, existe el riesgo de sufrir una insolación o golpe de calor, que puede producir una deshidratación por la pérdida de líquidos y sales minerales, y ocasionar graves consecuencias para el organismo.
¿Cómo identificar un golpe de calor?
Se conoce de esta manera al aumento de la temperatura corporal debido a la dificultad para regularla a través de mecanismos habituales como la sudoración. Puede presentarse en el momento o después de varios días de alta temperatura.
Éste no tiene la capacidad de enfriarse por sí mismo. Si esto sucede, se puede poner en riesgo la vida al provocar daños al cerebro y a otros órganos vitales.
Cualquier persona puede ser víctima de un golpe de calor. Sin embargo, hay grupos que tienen un mayor riesgo de padecerlo y deben tener un cuidado especial, como son los bebés y niños menores de un año, personas con enfermedades crónicas, mujeres embarazadas, Jóvenes que abusan del alcohol y de las drogas y personas mayores.
Además los perros y también los gatos son mucho más sensibles al calor que nosotros los humanos ya que estas mascotas no transpiran, es decir, no sudan. Sólo pueden eliminar el calor a través del jadeo y a través de zonas con poca presencia de pelo, como el abdomen, por lo que tendrás que mantener a tu lomito hidratado.
Para saber si tienes un golpe de calor, es importante que prestes atención a los signos, por ejemplo, si tu temperatura es mayor a 39° C, y tienes sudoración excesiva, sensación de calor sofocante, vértigo, mareos o desmayo, falta de apetito, náuseas o vómitos, es señal de que deberás actuar rápido y acudir inmediatamente a un médico.
Cuando se reconocen en una persona cualquiera de los síntomas descritos, o bien los padece uno mismo, debemos pensar que nos encontramos ante una insolación o golpe de calor, lo más conveniente es siempre acudir a un servicio de urgencias o al puesto de socorro si se está en la playa o en una piscina.
Si por cualquier razón esto no fuera posible, deberás llevar a la persona afectada a un lugar con sombra y lo más fresco posible y colocarla en posición semisentada, con la cabeza levantada para favorecer la respiración y que pueda entrar aire.
Reducir la temperatura corporal: quitarle algo de ropa, darle aire (abanico o ventilador) y utilizar compresas de agua fría en la frente, la nuca, el cuello y otras partes del cuerpo.
Beber agua fresca para rehidratarse y bajar la temperatura, pero debe hacerlo a pequeños sorbos y no de golpe, pues esto empeoraría su estado.
Si su estado mejora, hay que acompañarlo a un servicio médico de urgencias para someterla a una revisión exhaustiva y posteriormente a un estrecho seguimiento durante algunos días.
Si no se recupera o incluso llega a perder el conocimiento, hay que tumbarla con las piernas flexionadas y llamar inmediatamente a urgencias.
¿Cómo prevenir un golpe de calor?
Para evitar un golpe de calor, deberás aumentar el consumo de agua sin esperar a tener sed para mantener una hidratación adecuada. También no olvides ingerir continuamente líquidos. Los jugos naturales son una opción ideal.
Llevar una alimentación saludable y optar por verduras o frutas frescas te ayudará a mantenerte hidratado y con fuerzas. Así como proteger tu piel con cremas de pantalla solar con factor 30 o superior y renuévala periódicamente ante el contacto con el agua o la transpiración.