En el noroeste del estado, justo en la sierra de Durango, en el municipio de Santiago Papasquiaro, a unos kilómetros por la falda del cerro, se encuentra un imponente templo que hoy en día permanece en estado de abandono. Pero que por su belleza y la geografía en que se encuentra, es atractivo a la vista de todos, e incita a investigar que hay detrás de este recinto religioso.
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Se trata del templo de San Andrés, cercano a una comunidad del mismo nombre, donde según la historia compartida en la web, había un mineral, y se producía gran número de barras de plata. Trasciende que se empezó a construir a partir de 1897, y concluida en 1903.
San Andrés de la Sierra fue en el tiempo de la Colonia un centro de evangelización misionero de los padres jesuitas, entre 1598 y hasta 1744. Dicen que San Andrés de la Sierra, un antiguo pueblo minero, desapareció por la explosión de un polvorín que ocasionó que el pueblo quedara sepultado bajo tierra; solo quedó su iglesia.
El escenario en que se encuentra este templo es de película, en medio de cerros, al fondo, y en un lugar que se avizora complicado para llegar hasta ahí.
La belleza de esta construcción en cantera hace cuestionar a muchas personas cómo fue que llegó hasta ese lugar el material para su edificación; la cantera por ejemplo.
Al ser una zona de complicado, llegar hasta el fondo donde está el templo abandonado, es un verdadero reto para quienes se lo proponen.
Se dice que este lugar tenía buenas expectativas, se proyectaba abundancia, sin embargo, un accidente cambió todo. Se registró una explosión de un polvorín, lo que derivó en un caos y enseguida destrucción.