¿Se te inflan las tortillas que haces en casa?, ¿no se te bate el arroz?, ¿lloras cuando estás picando cebolla?, ¿se te ha caído un tenedor?, estas preguntas son parte de una serie de supersticiones que han surgido en la cocina mexicana.
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La presidenta fundadora del Conservatorio de la Cultura Gastronómica de Durango, Deyanira Navarro, contó para El Sol de Durango cuáles son aquellos mitos o supersticiones más populares, que la propia ciudadanía ha ido adoptando a lo largo del tiempo. Y así van pasando de generación en generación.
“Son muchos dichos que la gente cree a pie juntillas, y que los lleva a cabo, pueden ser ciertos o no”.
- Dicen que hay que amarrarles las orejas a las vaporeras para que no escuchen los chismes que se dicen en la cocina.
“Se les pone un hilito en las agarraderas de la vaporera, y según esto es taparles los oídos”
- Cuando estás embarazada y participas en hacer los tamales, entonces se cocerán pintos.
“Eso revela que ahí hubo embarazada que metió mano en la preparación”.
- Los tamales, según dicen, son complicados y celosos, porque si se dejan solos, entonces no se cuecen bien.
- También dicen que si una persona triste pone a cocer los tamales, estos saldrán salados.
- Cuando se inflan las tortillas significa que habrá casorio, o si son tortillas de harina, significa que tu suegra te puede querer mucho.
- Si la salsa sale picosa es que se estaba enojado.
“Éste es otro mito muy característico. Y siempre uno dice hasta por default ‘qué picoso está, es porque estaban enojados’”.
- Si se cae un tenedor en la cocina significa que van a llegar visitas.
- Si el arroz queda perfecto, entonces se dice que la persona que lo hizo ya se puede casar.
- Cuando estás en un fogón y el humo te sigue, es porque está muy guapa esa persona.
- Cuando está una mujer embarazada, no le suben las claras de huevo cuando se baten.
- Si te les quedas viendo mucho a las claras, tampoco subirán.
“También aplica para los frijoles, si los están viendo y viendo, estos no se van a cocer”.
- Una sola persona es la que debe hacer el mole, tanto desde la preparación, como ya cuando se está en el sartén.
- Dicen también que las masas de los atoles o los pasteles, deben moverse en sentido contrario a las manecillas del reloj.
“Nada para la derecha, todo para la izquierda por no suben o se cortan”.
- Cuando al atole se le mueve de cierta manera, se puede cortar; no se debe revolotear tanto.
- Comer sandía de noche cae muy pesado de noche.
“La sandía está muy señalada que no se puede comer de noche, pero sí unos 10 taquitos de tripitas, esos no caen pesados”, dijo en tono sarcástico.
- Que cuando estés picando la cebolla, para evitar llorar, se ponga la persona un pedazo de cebolla en la cabeza.
- Que la cebolla se tiene que mojar antes de picarla para no llorar.
- Otra superstición va dirigida al pepino, pues muchas personas le quitan las puntas y enseguida frotan cada orilla, para que no se amargue.
- Si se está cocinando con leña, si ésta chilla es porque van a llegar visitas.
- Mano caliente aguada la masa; personas de manos calientes no deben tocar estas masas.
“Yo lo he visto con mi hija, que algunas masas, si las tocan manos calientes, ya no se levanta”.
- Persignar los guisos para que salgan bien, para que rindan y no hagan daño.
Finalmente abundó Deyanira Navarro que hay otro mito muy popular respecto al patrono de las cocineras, que es San Pascual Bailón; “si te queda bien el guisito, te bailó un danzoncito”, dicen.