Navacoyán es una localidad ubicada en el municipio de Durango, en la cual se encuentra un puente que data del año 1782, alrededor del cual se tiene una tenebrosa historia. Se trata de uno de los puentes más antiguos de la ciudad, y el cual ha sido denominado prácticamente desde siempre como el Puente del Diablo.
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A esta construcción que hoy en día sigue en pie y se encuentra dentro de Camino Real de Tierra Adentro, se puede llegar en 21 minutos partiendo del Centro Histórico de Durango, tomando la carretera a México, e ingresando hacía el poblado Contreras.
La historia dice que a fin de generar una comunicación con las regiones cercanas, se decidió construir este puente. Se cuenta que llamaron entonces al mejor ingeniero de la Nueva España, a fin que edificara este puente y con ello se pudiera generar un lazo entre varias regiones.
El puente tenía que estar listo antes que comenzara la temporada de lluvias, puesto que de lo contrario habría complicaciones, ante la crecida del caudal. De no lograr la construcción antes de dicho período, el encargado de tal obra perdería el dinero pactado y a su vez se vería manchada su trayectoria.
El ingeniero en cuestión dio trabajo a los mejores albañiles de la región, y así fueron avanzando con el puente, sin embargo, aunque parecía que todo iba viento en popa, tres días antes de la fecha de entrega de la obra se registró una fuerte tormenta en la localidad de Navacoyán, de tal manera que del puente ya no se tenía nada.
El hecho causó múltiples conflictos en el ingeniero, a quien se le acercó un hombre mientras permanecía llorando. Éste, quien iba vestido de negro, le preguntó sobre qué era lo que le aquejaba, por lo que el encargado de la obra le contó. El hombre de negro, con personalidad imponente, decidió brindarle ayuda, y para ello le propuso un trato.
“Yo haré el puente por ti y será el más bello y resistente de la región, pero a cambio quiero tu alma”.
En medio de la desesperación el ingeniero aceptó tal propuesta. Ante ello, el hombre hasta cierto punto desconocido puso manos a la obra, y construyó un fuerte y espectacular puente, para lo cual –según la leyenda- se hizo ayudar de demonios, quienes fueron colocando las piedras pesadas.
Se cumplió el trato, pues llegó el día y el puente quedó construido. Sin embargo, cuando la obra fue entregada, lo presentes observaron algo raro en el famoso ingeniero, le notaron una mueca que daba miedo. Y es que cumplido el trato, él tenía que pagar con su alma, como lo prometió.
Desde entonces es conocido como el puente que construyó el diablo; y en dicho espacio, según cuentan, durante las noches de lluvia se aparece un misterioso hombre en el puente.