Suecia ha dado un importante paso hacia el reconocimiento de los videojuegos como una forma legítima de arte y cultura, al incluir 15 títulos en su lista oficial de patrimonio cultural. Esta decisión no solo celebra el impacto de estos juegos en la historia del entretenimiento, sino que también resalta su influencia en la creación de comunidades y la transmisión de valores culturales.
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Entre los títulos incluidos se encuentran grandes éxitos como "Candy Crush Saga" y "Minecraft", ambos con un impacto duradero en la cultura popular global. "Candy Crush Saga", por ejemplo, ha redefinido el género de los juegos de rompecabezas móviles, mientras que "Minecraft" se ha convertido en una herramienta educativa fundamental y una plataforma para la creatividad sin límites.
Estos juegos no solo han entretenido a millones, sino que también han jugado un papel crucial en la formación de comunidades en línea y en la promoción de la colaboración creativa. La lista de videojuegos reconocidos incluye:
- "Amnesia: The Dark Descent" – Frictional Games
- "BackPacker" – Tati Mixedia
- "Battlefield 1942" – DICE
- "The Battle of Polytopia" – Midjiwan
- "Budget Cuts" – Neat Corporation
- "Candy Crush Saga" – King
- "Europa Universalis" – Paradox Interactive
- "It Takes Two" – Hazelight Studios
- "Goat Simulator" – Coffee Stain Studios
- "Ground Control" – Massive Entertainment
- "Minecraft" – Mojang
- "Sayonara Wildhearts" – Simogo
- "Star Stable Online" – Star Stable Entertainment
- "Stugan" – Kimmo Eriksson, Viggo Kann, Olle E Johansson
- "Toca Tea Party" – Toca Boca
El reconocimiento de estos juegos se enmarca dentro del proyecto del Game Culture Canon, una iniciativa del Ministerio de Cultura sueco destinada a resaltar la importancia cultural de los videojuegos. Este canon ha sido elaborado por historiadores, académicos y líderes de la industria, con la participación del público en la nominación de los títulos.
Para los fans, esta inclusión oficial es un valioso reconocimiento de su pasión y de la influencia cultural que los videojuegos ejercen en la sociedad. La designación de estos juegos como patrimonio cultural no solo valida la importancia de sus experiencias y comunidades, sino que también subraya el papel de los videojuegos como vehículos para la narrativa y la expresión artística en la era digital.
La decisión de Suecia de preservar estos juegos como patrimonio cultural marca un cambio significativo en la percepción pública de los videojuegos, elevándolos de meros pasatiempos a piezas clave en la historia cultural moderna.
Ahora, surge la pregunta: ¿cuáles serían los videojuegos que México consideraría para su propio patrimonio cultural? ¿Qué títulos han dejado una huella indeleble en la historia y la cultura del país?