En nuestra vida cotidiana, disfrutamos de la experiencia de comer y compartir momentos alrededor de la mesa, sin embargo es común experimentar una sensación de somnolencia después de una comida abundante, fenómeno popularmente conocido como el "mal del puerco", "mareo alcalino" o "sueño postprandial".
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¿Qué es el "mal del puerco"?
Durante el proceso de digestión, nuestro cuerpo descompone los alimentos consumidos. Una parte crucial de este proceso implica la generación de ácido clorhídrico en el estómago, el cual facilita la descomposición de los alimentos. No obstante, cuando se produce un exceso de este ácido, lo cual podría causar daño al estómago, el cuerpo activa un mecanismo de defensa. En respuesta, comienza a producir bicarbonato de sodio para contrarrestar el exceso de ácido clorhídrico.
¿Por qué sucede esto?
Una de las principales causas del "mal del puerco" es la falta de masticación adecuada de los alimentos. Este hábito conduce a una sensación reducida de saciedad, lo que puede llevarnos a consumir más alimentos de los que realmente necesitamos. Como resultado, se produce una mayor producción de ácido clorhídrico para ayudar en la descomposición de estos alimentos, así como para eliminar microorganismos ingeridos accidentalmente.
Para contrarrestar el aumento de acidez en el estómago, el cuerpo humano libera bicarbonato de sodio y también libera insulina para empezar a utilizar la glucosa como fuente de energía.
¿Hay manera de evitarlo?
Aunque el mal del puerco es un proceso fisiológico natural, hay algunas medidas que podemos tomar para mitigar sus efectos:
- No comer rápidamente y tomarse el tiempo necesario para masticar adecuadamente los alimentos.
- Optar por tomar agua en lugar de refrescos o bebidas azucaradas, lo que puede ayudar a mantener una digestión más equilibrada.
- Realizar una breve caminata de unos 10 minutos después de comer puede estimular la digestión y reducir la sensación de somnolencia.
- Consumir una taza de té después de la comida puede ayudar a facilitar la digestión.
- Si la somnolencia persiste, no tema tomar una breve siesta de cinco a diez minutos para recargar energías.
Ahora que sabes que sabes por que sucede esto, la próxima vez que te enfrentes al mal del puerco, ten en mente estas estrategias para mantenerte activo y alerta durante todo el día. ¡Tu cuerpo te lo agradecerá!