La vida a veces se torna de distintos colores, otras suele ser como una profunda oscuridad y ahí estás, en medio del dolor sin percibir un sonido más que los latidos de tu corazón, pero incluso entre tanta confusión la victoria estará esperándote al final del camino.
Cuatro y medio quiso crear nueva música que no perdiera la esencia de la banda, pero al mismo tiempo tocar corazones rotos dispuestos a sanarse y llegó durante el proceso de “Todo o nada”, después de que ellos mismos fueran testigos de las secuelas de una enfermedad mental, así nació “Latidos”.
“Latidos” es un diario íntimo, un personaje ficticio que lucha contra los demonios que rondan su cabeza y le sugieren poner fin a su vida ante la desesperanza, las canciones forman un hilo narrativo compuesto de sentimientos, son las facetas por las que una persona en depresión lucha día tras día.
También la portada del álbum; el corazón con un revólver y un reloj, tiene un significado especial, el tiempo siempre logra curar lo que no se ha resuelto y a pesar de que las heridas dejan cicatrices lo importante es no dejarlas abiertas.
Es inevitable no sentirse conmocionado al escuchar el álbum, porque aunque intentas evitarlo terminas identificado con cada palabra y expresión, te sumerges dentro de ti para cuestionarte aquello que has evitado y es que volver a encontrarse con uno mismo a través de la música es también una forma de sanar.
Tiempo atrás fueron testigos de un intento de suicidio; razón que les motivó a crear este material, pero ni Beto, Kevin, Alex, Fer o Carlos imaginarían el efecto que tendría en sus fans, pues en sus redes sociales comenzaron a recibir historias de dolor, angustia y sufrimiento.
Muchos de sus seguidores, en su mayoría jóvenes, les confiaron un cachito de sus vidas y la forma en que algunas de sus canciones les ayudó a curar las heridas, volver a confiar en ellos y retomar el camino de la mano con apoyo psicológico.
Y justo es el propósito, sembrar conciencia en la sociedad para enfrentar este padecimiento pero acompañado de un profesional, por ello han trabajado durante meses contactando a centros de ayuda y clínicas y crear una alianza, así fungir como intermediarios entre sus seguidores y los psicólogos o psiquiatras.
“Nuestro proyecto está estandarizado y necesitamos que sea igual en todas partes, entonces si nosotros ayudamos aquí en nuestra ciudad, lo tenemos que hacer también en Colombia o donde la banda se pare”, comentó Beto, baterista y fundador de la banda.
Pero sus metas no se centran sólo en subir a un escenario; romper fronteras y salvar vidas a través de su arte es otro designio más, cuatro y medio quiere llegar lo más lejos con su mensaje, un Auditorio Nacional o una gira por Latinoamérica, tan lejos como el público lo desee, no hay límites.
Esta lucha no concluye con “Latidos”, más letras y melodías resonarán con fuerza en próximos meses para hacerle frente al suicidio, algo grande se cocina en este instante y pronto estarán compartiendo los proyectos en puerta.
Mientras tanto, para los jóvenes que han emprendido el vuelo en la escena musical o que se encuentra en un laberinto sin salida, siempre hay un latido de vida del túnel, sólo es cuestión de seguir.
Tal como lo expresó Beto, “mi consejo es que sigan sus convicciones que si les gusta tocar no dejen de hacerlo, que se apeguen mucho a sus propuestas, que si en un bar les dicen oye necesito que vengas a tocar covers, que desistan de ello e insistan en su propuesta y la saquen hasta donde puedan”.
“Sea como sea que se sienten, intenten canalizar su emoción en algo positivo, si le gusta pintar que vaya y pinte algo, que se desahoga y no se lo guarde, si necesita llorar que llore, si necesita gritar que grite, si necesita cantar que lo haga, que haga lo que tenga que hacer pero que no se guarde nada de eso”, concluyó Kevin, guitarrista y vocalista de la banda.
