Los hombres experimentan la violencia en la pareja de una manera más fuerte y con vergüenza debido a que en la sociedad persisten los estereotipos sobre los roles que deben desempeñar cada género.
La subdirectora del Atención Psicosocial del Centro de Atención a la Violencia Intrafamiliar (CAVI), Dulce Ivonne Velázquez Olivares, explicó en un comunicado que la violencia en pareja es un problema multifactorial, que no distingue estatus social, económico, cultural, edad, ni de género.
Refirió que el año pasado la Procuraduría General de Justicia capitalina atendió 27 mil 949 casos de mujeres víctimas de violencia en la pareja, mientras que el Centro de Investigación Victimológico y Apoyo Operativo (CIVA) brindó asistencia a 15 mil 891 personas generadoras de la misma.
Una persona con una baja autoestima percibe la violencia como algo natural, por lo tanto, la justifica y cuando este tipo de víctimas reciben atención, la mayoría llegan con un estado emocional ambivalente y en muchas ocasiones no dimensionan la condición a la que están sometidas.
La funcionaria advirtió que este tipo de violencia es un problema generacional pues desde muy temprana edad al hombre y a la mujer se les inculcan patrones que deberán desarrollar a lo largo de su vida, desde el color de ropa que deben vestir hasta el rol que desempeñarán dentro de la sociedad.
Lee también:
Los factores que hacen a la persona vulnerable y sujeta a una dinámica de violencia en casos extremos dentro de la relación de pareja son de tipo psicológico como la baja autoestima; también inciden la falta de recursos económicos, el tipo de educación y el entorno socio-cultural, detalló la funcionaria.
Los generadores de violencia ejercen un control sobre la pareja a un nivel exacerbado; “observamos que las víctimas sienten que el discurso que el victimario les emite es totalmente cierto, y que si no tienen esta dinámica en la relación se van a perder en el mundo, al igual que sin esta retroalimentación afectiva sienten que no valen nada”.
Advirtió que en algunos casos de violencia entre parejas que se pueden denominar disfuncionales, derivan en agresiones físicas y hasta en la pérdida de la vida, como son los feminicidios, por lo cual es importante la denuncia para que sean atendidos a tiempo.
Aunque la mayoría de los casos que atienden son de mujeres, también hay hombres afectados por ese problema que requieren asistencia, pues en ellos se pone de manifiesto la vergüenza y una serie de estigmas propios de su género.
El Centro de Atención a Riesgos Victimales y Adicciones (Cariva) atendió el año pasado mil 743 casos de hombres víctimas de violencia de pareja o en el seno familiar, por parte de hijos o padres, señala la funcionaria.
Explicó que los hombres experimentan la violencia de una manera más fuerte y sobre todo con mucha vergüenza, porque actualmente persisten estereotipos que se transmiten de generación en generación sobre los roles que deberá desempeñar cada género.
No te pierdas:
Velázquez Olivares agregó que esos estereotipos se dan más en poblaciones rurales de la Ciudad de México, como en la delegación Milpa Alta, donde están latentes ideas como la supremacía masculina, conceptos como el poder y el dominio sobre la mujer siguen muy arraigados.
La especialista explicó que algunos signos de que se vive en una situación de violencia pueden identificarse con el uso de palabras hirientes, insultos, malos tratos, golpes, chantajes de tipo económico, amenazas tales como llevarse a los hijos, entre otros. La PGJ capitalina brinda servicios multidisciplinarios a las personas afectadas, hombres o mujeres, para que reciban apoyo en materia psicológica, jurídica y médica, entre otros”, apuntó. La dependencia ofrece alternativas a quienes resultan afectados por ese fenómeno, brinda a los agraviados de información, medidas de protección, y en los casos que es necesario, de albergues especializados, bolsa de trabajo y alimentación temporal, así como terapias.
Además de la asistencia integral, se cuenta con una red de apoyo a esas víctimas a través de instituciones públicas y privadas como las secretarías de Desarrollo Social; del Trabajo y Previsión Social; Desarrollo Integral de la Familia; Instituto Nacional de las Mujeres, las Unidades de Atención y Prevención de la Violencia Familiar, así como los refugios temporales para las mujeres y sus hijos.
La Procuraduría General de Justicia capitalina puso a disposición de la ciudadanía los números telefónicos 5345–5248 o el call center 5200 9000, donde el personal del CAVI brinda asesoría de lunes a viernes de 09:00 a 19:00 horas.