En el Centro Histórico, sobre la calle Francisco I Madero, entre 5 de Febrero y avenida 20 de Noviembre, existió hace cientos de años el Convento Franciscano San Antonio de Padua, del cual solo queda la historia, fotografías, narraciones de cronistas como Javier Guerrero, quien compartió datos del lugar con El Sol de Durango, o grandiosas ilustraciones como la del arquitecto zacatecano, Sergio Saldivar Díaz.
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Es el egresado de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), de 31 años de edad, quien llevó este extinto convento al papel, mediante una ilustración con acuarelas, misma que le demandó alrededor de tres o cuatro meses y mucha creatividad.
“Es un proceso lento, recolectar toda la información, buscar, planos, mapas, hacer los bocetos iníciales, porque primero hago un boceto, luego lo paso a limpio, es trazarlo todo a lápiz, pasarlo a tinta, meterle acuarela”.
Atraído por la historia pero también por la riqueza arquitectónica retomó este lugar y lo compartió en sus redes sociales. “Siempre me gustó la parte de la historia, restauración y conservación de monumentos, la difusión de nuestro patrimonio para conservarlo. Y en esa labor surgió la oportunidad de hacerlo así, se me facilita la acuarela…”.
Fue así que comenzó con estos proyectos que fue aterrizando en papel y enseguida en las plataformas como TikTok y Facebook, donde también sacaba de dudas su inquietud sobre cómo eran determinados edificios que hoy en día no existen.
“…siempre imagine como eran antes de estar destruidos, o alterados, o que inclusive ya no existen (…) el de Durango es la más reciente obra”.
“Fue algo muy bonito especial, porque de todos los que he hecho, siempre queda un pedazo, como un registro de cómo eran, y en este caso del de Durango pues no existe nada. Fue mi sorpresa porque yo no lo conocía y cuando supe me dicen que ya no existe y me gustó, fue un reto, fue desde cero, porque no hay ningún vestigio actual”.
Y es que contó que contó con fotografías, mapas, todo mínimo, fue un reto hacerlo lo más fiel a como era en realidad y con los pocos elementos a la mano.
Estima Sergio Saldivar Díaz que lleva alrededor de 13 conventos trabajados en este proyecto, aunado a otro tipo de fachadas y más. Ya trabaja en la Parroquia San Miguel de Allende.
Actualmente se dedica de tiempo completo a esta labor, y ya tiene sobre la mesa otros edificios a retomar. Será este 2024 que estudie su Maestría en Restauración.
Historia…
Según contó Javier Guerrero, este convento fundado en 1574, fue abandonado con la exclaustración de los franciscanos al aplicarse las leyes de reforma. Y aunque el templo de San Francisco siguió en funcionamiento, no fue así con la capilla de la tercera orden, ni el convento.
Ante ello, contó que “parte del convento se destinó a partir de los años 70 del siglo XIX para ser la cárcel. Las huertas a fines del XIX se convirtieron en el Mercado Gómez Palacio y el resto del edificio quedó en ruinas”.
A partir de 1904 se cambió la cárcel a la nueva penitenciaria, por lo que quedó en completo abandono el edificio, convirtiéndose en efecto en un espacio de mucha inseguridad y un foco insalubre en la ciudad. Explicó Javier Guerrero que cuando fue demolido el conjunto en el año 1917, sólo estaba en funcionamiento el templo.