/ miércoles 6 de mayo de 2020

Condenan a una parte de México a la pobreza

La crisis sanitaria se sumó a la desconfianza en la política pública y el deterioro del Estado de Derecho

Factores idiosincráticos en el país agravan el entorno adverso que enfrenta la economía mexicana por la pandemia y la caída en los precios del petróleo, eso concluyeron los integrantes de la Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico).

En su reunión de política monetaria del 21 de abril, en la que también estuvieron presentes el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, y el subsecretario, Gabriel Yorio, el gobernador y subgoberndores del Banco Central coincidieron en que los choques externos complicaron una problemática que ya se venía gestando, principalmente por la falta de confianza ante decisiones de política pública, el deterioro del Estado de derecho, del marco institucional y de la seguridad pública.

El incremento en los homicidios en marzo, la percepción de esfuerzos insuficientes por parte del gobierno en materia fiscal para hacer frente a la crisis, así como el riesgo sobre Pemex son elementos que aumentan las dudas sobre el potencial de crecimiento del país en los siguientes años y ahuyentan la inversión, señalaron algunos miembros de la Junta.

Uno de ellos advirtió: No existe planta productiva que pueda soportar condiciones de inseguridad de esta magnitud; es una agenda indispensable para la reactivación económica. Ninguna medida monetaria o fiscal podrá ofrecer los beneficios esperados si no se cuenta con la confianza para invertir.

Ese mismo integrante de la Junta planteó que para superar la crisis actual y fortalecer las perspectivas de crecimiento en el largo plazo se requiere una reorientación profunda de la estrategia económica.

La minuta de esa reunión publicada este martes menciona además que los integrantes de la Junta alertaron sobre el agotamiento de los recursos del Fondo de Estabilización de Ingresos Presupuestarios (FEIP) en un futuro cercano. Según dio a conocer la Secretaría de Hacienda, el gobierno gastará casi 90 por ciento de los recursos para compensar los boquetes fiscales de 2019 y 2020.

Uno de ellos dijo que hay indicadores de debilitamiento en el sector servicios y en la actividad manufacturera que podrán agravarse por la extensión de las medidas de distanciamiento social y llevar a la economía a una caída anual de hasta 34 por ciento en el segundo trimestre. Ese pronóstico lo confirmó Bank of America este lunes, al considerar que la respuesta política del gobierno de Andrés Manuel López Obrador a la crisis sanitaria y económica no ha sido “útil”.

La economía puede registrar en 2020 su mayor contracción desde la Gran Depresión, alertó un directivo del Banxico.

Una de las preocupaciones expresadas en esa reunión fue el desempleo, que podría haber afectado a 700 mil personas al finalizar abril, cuando en la crisis financiera de 2009 se perdieron unas 600 mil plazas en todo el año.

“El principal peligro que enfrentamos es una pérdida de empleos en el corto plazo que no se podrán recuperar en el mediano plazo, condenando a una proporción de la población a una situación de pobreza estructural”, cita la minuta.

En la reunión, el gobernador Alejandro Díaz de León, y los subgobernadores Irene Espinosa, Gerardo Esquivel, Javier Guzmán y Jonathan Heath decidieron bajar la tasa de interés de referencia en 50 puntos base, a seis por ciento, y acordaron proveer liquidez por hasta 750 mil millones de pesos al sistema financiero nacional. Un anuncio que al presidente López Obrador no convenció y les pidió tener “mucho cuidado” de que los recursos no se utilicen para rescatar empresas.

Factores idiosincráticos en el país agravan el entorno adverso que enfrenta la economía mexicana por la pandemia y la caída en los precios del petróleo, eso concluyeron los integrantes de la Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico).

En su reunión de política monetaria del 21 de abril, en la que también estuvieron presentes el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, y el subsecretario, Gabriel Yorio, el gobernador y subgoberndores del Banco Central coincidieron en que los choques externos complicaron una problemática que ya se venía gestando, principalmente por la falta de confianza ante decisiones de política pública, el deterioro del Estado de derecho, del marco institucional y de la seguridad pública.

El incremento en los homicidios en marzo, la percepción de esfuerzos insuficientes por parte del gobierno en materia fiscal para hacer frente a la crisis, así como el riesgo sobre Pemex son elementos que aumentan las dudas sobre el potencial de crecimiento del país en los siguientes años y ahuyentan la inversión, señalaron algunos miembros de la Junta.

Uno de ellos advirtió: No existe planta productiva que pueda soportar condiciones de inseguridad de esta magnitud; es una agenda indispensable para la reactivación económica. Ninguna medida monetaria o fiscal podrá ofrecer los beneficios esperados si no se cuenta con la confianza para invertir.

Ese mismo integrante de la Junta planteó que para superar la crisis actual y fortalecer las perspectivas de crecimiento en el largo plazo se requiere una reorientación profunda de la estrategia económica.

La minuta de esa reunión publicada este martes menciona además que los integrantes de la Junta alertaron sobre el agotamiento de los recursos del Fondo de Estabilización de Ingresos Presupuestarios (FEIP) en un futuro cercano. Según dio a conocer la Secretaría de Hacienda, el gobierno gastará casi 90 por ciento de los recursos para compensar los boquetes fiscales de 2019 y 2020.

Uno de ellos dijo que hay indicadores de debilitamiento en el sector servicios y en la actividad manufacturera que podrán agravarse por la extensión de las medidas de distanciamiento social y llevar a la economía a una caída anual de hasta 34 por ciento en el segundo trimestre. Ese pronóstico lo confirmó Bank of America este lunes, al considerar que la respuesta política del gobierno de Andrés Manuel López Obrador a la crisis sanitaria y económica no ha sido “útil”.

La economía puede registrar en 2020 su mayor contracción desde la Gran Depresión, alertó un directivo del Banxico.

Una de las preocupaciones expresadas en esa reunión fue el desempleo, que podría haber afectado a 700 mil personas al finalizar abril, cuando en la crisis financiera de 2009 se perdieron unas 600 mil plazas en todo el año.

“El principal peligro que enfrentamos es una pérdida de empleos en el corto plazo que no se podrán recuperar en el mediano plazo, condenando a una proporción de la población a una situación de pobreza estructural”, cita la minuta.

En la reunión, el gobernador Alejandro Díaz de León, y los subgobernadores Irene Espinosa, Gerardo Esquivel, Javier Guzmán y Jonathan Heath decidieron bajar la tasa de interés de referencia en 50 puntos base, a seis por ciento, y acordaron proveer liquidez por hasta 750 mil millones de pesos al sistema financiero nacional. Un anuncio que al presidente López Obrador no convenció y les pidió tener “mucho cuidado” de que los recursos no se utilicen para rescatar empresas.

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