Las finanzas públicas se encuentran en una posición de mayor vulnerabilidad que la acontecida en 2014, cuando el volumen de deuda fue de 42 por ciento del Producto Interno Bruto (se elevó a 48.7% en 2016 y cerró 2018 en 45%).
Tampoco se cuenta con un fondo de ahorro al cual se destinen los recursos excedentes que se generen en caso de que la economía crezca por arriba de su potencial; ni con un Consejo Fiscal independiente que participe en la realización de las proyecciones y cálculos utilizados como referencia para la elaboración del presupuesto público anual.
Una investigación del Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República, señala que al cierre de 2018, los ingresos presupuestarios totales representaron el 21.7% del PIB, en tanto que el gasto neto fue de 23.7% del PIB y el balance presupuestario fue deficitario en 2.0%.
La deuda pública medida a través del Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público ascendió a 44.8% del PIB (1.0 puntos porcentuales menos respecto del cierre de 2017), de acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
De esta forma, aunque se cuenta con un límite para el gasto corriente estructural, una regla de balance, que se ha establecido a los Requerimientos Financieros del Sector Público como un ancla fiscal, las finanzas públicas se mantienen en una posición vulnerable.
El documento indica que entre los retos para la implementación de la regla fiscal en México se encuentra el mejorar la metodología de cálculo del PIB potencial, generar balances primarios superavitarios, elevar la credibilidad de la política fiscal, así como cumplir con la meta de Requerimientos Financieros del Sector Público propiciando una trayectoria sostenible de las finanzas públicas.
Si bien en nuestro país se ha cumplido con las reglas fiscales establecidas en la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, esto no ha sido suficiente para generar el espacio fiscal necesario para afrontar una posible caída en los ingresos públicos en el corto o mediano plazo, se señala en la investigación.
El documento titulado “Relevancia de las reglas fiscales y su implementación en México”, explica que este tipo de instrumentos son importantes porque imponen límites a la intervención discrecional de las autoridades y ayudan a evitar el sesgo deficitario al despolitizar la política fiscal, al establecer restricciones numéricas a variables como gasto y déficit fiscal, las cuales son fácilmente observables en las finanzas públicas.
Se afirma que la adopción de una regla fiscal en México a través del límite máximo del gasto corriente estructural ha sido un paso en la dirección correcta en aras de avanzar en una mejor instrumentación de la política fiscal y en la credibilidad del marco presupuestal y hacendario del sector público federal.
Sin embargo, su implementación no ha impedido el crecimiento acelerado de la deuda pública, ni la tendencia deficitaria en el presupuesto.