/ jueves 28 de noviembre de 2019

Disruptores | Rutopía: De viaje al México profundo

La plataforma conecta iniciativas de turismo indígena y rural con viajeros a quienes ofrece experiencias

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México es una capital turística global en la que la actividad dejó sólo el año pasado una derrama económica de 22 mil 440 millones de dólares.

Emiliano Iturriaga y Sebastián Muñoz hacen una pregunta válida sobre la llamada industria sin chimeneas: ¿cuánto de ese dinero alcanza a llegar a las comunidades que más lo necesitan, la gente del campo, los pueblos indígenas? Y se responden a sí mismos: muy poco.

La empresa que han creado, Rutopía, intenta equilibrar un poco esta balanza desigual en la que los intermediarios se llevan la mayor tajada y cambiar así la realidad de las comunidades rurales de México mediante el turismo.

“Sabemos que México es el quinto país más visitado del mundo, sí, pero casi todo está concentrado en destinos de sol y playa y en Rutopía te damos la oportunidad de vivir la experiencia de adentro hacia afuera, es un turismo biocultural que es auténtico, donde convives realmente de una forma cercana con tus anfitriones”, explican.

Rutopía es una plataforma que conecta a iniciativas de turismo indígena y rural con viajeros de todo el mundo. Por un lado ayuda a las comunidades a diseñar y vender experiencias bioculturales que les generen un beneficio económico, y al mismo tiempo ayuda a viajeros de todo el mundo a encontrar esas experiencias auténticas fuera de las rutas convencionales del gran turismo de hoteles, playas y spas.

Los usuarios pueden elegir entre 13 destinos de los estados de Michoacán, Chiapas, Quintana Roo, Campeche, Hidalgo y Oaxaca en los que el equipo de Rutopía ha trabajado con las comunidades para ofrecer paquetes en cada una con hospedaje y actividades a realizar.

La plataforma recibe el pago y ésta la canaliza a las comunidades. Todos los servicios quedan saldados y sólo queda hacer el viaje.

Foto: Roberto Hernández

De esta manera los viajeros que conectan a las comunidades mediante Rutopía pueden participar en actividades locales y únicas como raspar magueyes para producir pulque, clases de lenguas, caminatas por la naturaleza y talleres de tejido tradicional y artesanía con palma.

Según explican sus fundadores, el concepto de Rutopía está anclado en las tendencias mundiales del turismo experiencial, en el que los viajeros no sólo viajan a los destinos sino que participan en actividades que les ponen en contacto con las culturas locales y su diversidad. El turismo de naturaleza, gastronómico y de aventura son sólo algunas derivaciones de este concepto.

“La demanda ahí está y más gente quiere viajar de esta forma. Esta nueva oferta de turismo generalmente se acapara por operadoras que te llevan a comunidades, pero son personas externas a la comunidad. Y lo que pasa con esto es que al final es un sistema muy extractivo porque en muchos casos se queda solamente 20 por ciento o 30 por ciento de la derrama en las comunidades.

“Entonces nosotros cambiamos la cadena de valor, no somos una empresa que lleva a viajeros a comunidades, sino que empoderamos a las comunidades para que ellas puedan recibir viajeros”.

En opinión de los muchachos, este tipo de turismo en contacto con pequeñas comunidades y con productos turísticos no tan desarrollados había estado vedado para el gran público y estaba reservado para los mochileros o personas que ya tenían un contacto previo con las comunidades.

La idea es poner en un aparador con alcance masivo a estas opciones de turismo local en beneficio de las comunidades. “Tú como viajero es muy difícil que llegues a vivir una experiencia tan auténtica y de una manera tan cómoda y segura como lo puedes hacer con Rutopía. Buscamos que el viaje trascienda y lo hemos visto porque realmente te estás abriendo a una cosmovisión diferente, estás viendo un lado de tu país que no habías visto antes y eso sensibiliza. Muchos de los que han viajado con nosotros han regresado con mucha pasión por hacer algo por México”.

PALOMEADOS POR BILL CLINTON

Egresados del Tec de Monterrey, antes de Rutopía Sebastián y Emiliano tuvieron una organización de diseño participativo que trabajaba con comunidades indígenas. Como parte de su proceso de titulación acudieron a la comunidad cafetalera de El Triunfo, Chiapas, donde durante seis meses desarrollaron un producto turístico que le generara ingresos.

“Fue un éxito, lo vendimos a través de marketing digital en Facebook y llegó mucha gente. Ahí fue cuando dijimos esto podría replicarse no en seis meses, sino con un trabajo mucho más corto en comunidades y muy específico a las necesidades reales que tienen. Y ahí empezamos”.

Empezaron a trabajar con cinco comunidades a las que ya conocían integrándolas al proyecto y poco a poco les fueron llegando solicitudes de otras para incorporarse a Rutopía. Al momento tienen una fila de espera de 200 comunidades que esperan que la empresa les ayude en el trabajo de curaduría experiencial.

Foto: Cortesía Rutopía

Fieles a la reputación de su alma máter, los muchachos buscan inyectar a los proyectos de las comunidades sustentabilidad económica y construyen junto con ellas un plan de ruta corporativo que sea atractivo y rentable en el largo plazo: estableciendo precios de manera correcta, aportando valor agregado a las experiencias, desarrollando el marketing y en general refinando los detalles que hagan atractivo al producto.

“Después de unas pláticas largas descubrimos qué riquezas culturales y naturales tienen y eso lo convertimos en una experiencia. La probamos y vamos perfeccionándola hasta que sea una calidad asegurada y que la comunidad esté contenta de recibir al viajero”.

“Parte del valor que nosotros aportamos a las comunidades es que ellas empiecen a visualizarse como operadoras turísticas en vez de ser una persona que ofrece servicios. Es el cambio de mindset que muchas veces es necesario tener porque si no muchas comunidades no podrían recibir suficientes viajeros. Realmente no somos una organización que hace caridad, somos una empresa y cada decisión que hacemos lo hacemos como empresa local y de impacto social, pero con un retorno sobre la inversión”.

A dos años de haber sido creada Rutopía ha ido ganando reconocimientos de alto perfil por su valor social y disruptivo. De manera reciente los emprendedores fueron reconocidos con el Hult Prize de manos del expresidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, lo que les granjeó un capital semilla por un millón de dólares.

Asimismo, el gigante AirBnB los contactó para formar una alianza para ofrecer las experiencias curadas por Rutopía en su plataforma. Esto –explican– les dará mucha mayor visibilidad a las comunidades y pone de manifiesto el valor de su propuesta.

“Es un aliado definitivamente, ellos tienen algo que nosotros no y que es la fortaleza de la tecnología y un know how ya de 10 años en la industria. Y nosotros la fortaleza que tenemos es que también llevamos años trabajando con comunidades y tenemos esa liga para que ellos puedan accesar también a estos lugares. AirBnB no puede trabajar directamente con las comunidades de Rutopía porque se necesita un intermediario humano y no se puede hacer todo a través de un portal de internet”.

EMPRESA SOCIAL

El empuje de la empresa ha sido tal que esperan en el corto plazo la oferta de experiencias en el corto plazo pase de 13 a 50. Según explican, el plan de ruta para la empresa es ampliar su exposición al mercado internacional para hacer frente a la estacionalidad de la industria.

Al momento 70 por ciento de los viajeros que acude a Rutopía son de origen mexicano. En cuanto más integración de viajeros extranjeros haya se podrá hacer del turismo una fuente de ingresos constante durante todo el año para las comunidades.

Foto: Cortesía Rutopía

Aunque la sustentabilidad económica es una prioridad, los muchachos explican que en el ADN de la empresa está su carácter de empresa social y de beneficio comunitario guiando cada decisión. Sobre el surgimiento de este tipo de empresas en México reflexionan:

“Una empresa social su fin es justamente crear impacto y creemos que realmente esa es la única forma en la que se puede hacer negocios en un mundo que necesita soluciones rápidas y creo que la forma de realmente cambiar el sistema es poniendo el impacto en el centro de tu organización y es tomar las decisiones con base en eso.

“Eso es no solamente en el discurso sino en las cuestiones prácticas, cuando vas a hablar de qué se tiene que hacer sí vas a ver cuál es más rentable porque la empresa necesita crecer para seguir creando impacto, pero también vas a considerar el impacto en cada decisión que tomes.

“Lo más importante es que el turismo no es un fin por sí mismo. El turismo es un medio para alcanzar el fin y el fin es dar oportunidades de desarrollo sustentable y regenerativo en el México rural”.

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México es una capital turística global en la que la actividad dejó sólo el año pasado una derrama económica de 22 mil 440 millones de dólares.

Emiliano Iturriaga y Sebastián Muñoz hacen una pregunta válida sobre la llamada industria sin chimeneas: ¿cuánto de ese dinero alcanza a llegar a las comunidades que más lo necesitan, la gente del campo, los pueblos indígenas? Y se responden a sí mismos: muy poco.

La empresa que han creado, Rutopía, intenta equilibrar un poco esta balanza desigual en la que los intermediarios se llevan la mayor tajada y cambiar así la realidad de las comunidades rurales de México mediante el turismo.

“Sabemos que México es el quinto país más visitado del mundo, sí, pero casi todo está concentrado en destinos de sol y playa y en Rutopía te damos la oportunidad de vivir la experiencia de adentro hacia afuera, es un turismo biocultural que es auténtico, donde convives realmente de una forma cercana con tus anfitriones”, explican.

Rutopía es una plataforma que conecta a iniciativas de turismo indígena y rural con viajeros de todo el mundo. Por un lado ayuda a las comunidades a diseñar y vender experiencias bioculturales que les generen un beneficio económico, y al mismo tiempo ayuda a viajeros de todo el mundo a encontrar esas experiencias auténticas fuera de las rutas convencionales del gran turismo de hoteles, playas y spas.

Los usuarios pueden elegir entre 13 destinos de los estados de Michoacán, Chiapas, Quintana Roo, Campeche, Hidalgo y Oaxaca en los que el equipo de Rutopía ha trabajado con las comunidades para ofrecer paquetes en cada una con hospedaje y actividades a realizar.

La plataforma recibe el pago y ésta la canaliza a las comunidades. Todos los servicios quedan saldados y sólo queda hacer el viaje.

Foto: Roberto Hernández

De esta manera los viajeros que conectan a las comunidades mediante Rutopía pueden participar en actividades locales y únicas como raspar magueyes para producir pulque, clases de lenguas, caminatas por la naturaleza y talleres de tejido tradicional y artesanía con palma.

Según explican sus fundadores, el concepto de Rutopía está anclado en las tendencias mundiales del turismo experiencial, en el que los viajeros no sólo viajan a los destinos sino que participan en actividades que les ponen en contacto con las culturas locales y su diversidad. El turismo de naturaleza, gastronómico y de aventura son sólo algunas derivaciones de este concepto.

“La demanda ahí está y más gente quiere viajar de esta forma. Esta nueva oferta de turismo generalmente se acapara por operadoras que te llevan a comunidades, pero son personas externas a la comunidad. Y lo que pasa con esto es que al final es un sistema muy extractivo porque en muchos casos se queda solamente 20 por ciento o 30 por ciento de la derrama en las comunidades.

“Entonces nosotros cambiamos la cadena de valor, no somos una empresa que lleva a viajeros a comunidades, sino que empoderamos a las comunidades para que ellas puedan recibir viajeros”.

En opinión de los muchachos, este tipo de turismo en contacto con pequeñas comunidades y con productos turísticos no tan desarrollados había estado vedado para el gran público y estaba reservado para los mochileros o personas que ya tenían un contacto previo con las comunidades.

La idea es poner en un aparador con alcance masivo a estas opciones de turismo local en beneficio de las comunidades. “Tú como viajero es muy difícil que llegues a vivir una experiencia tan auténtica y de una manera tan cómoda y segura como lo puedes hacer con Rutopía. Buscamos que el viaje trascienda y lo hemos visto porque realmente te estás abriendo a una cosmovisión diferente, estás viendo un lado de tu país que no habías visto antes y eso sensibiliza. Muchos de los que han viajado con nosotros han regresado con mucha pasión por hacer algo por México”.

PALOMEADOS POR BILL CLINTON

Egresados del Tec de Monterrey, antes de Rutopía Sebastián y Emiliano tuvieron una organización de diseño participativo que trabajaba con comunidades indígenas. Como parte de su proceso de titulación acudieron a la comunidad cafetalera de El Triunfo, Chiapas, donde durante seis meses desarrollaron un producto turístico que le generara ingresos.

“Fue un éxito, lo vendimos a través de marketing digital en Facebook y llegó mucha gente. Ahí fue cuando dijimos esto podría replicarse no en seis meses, sino con un trabajo mucho más corto en comunidades y muy específico a las necesidades reales que tienen. Y ahí empezamos”.

Empezaron a trabajar con cinco comunidades a las que ya conocían integrándolas al proyecto y poco a poco les fueron llegando solicitudes de otras para incorporarse a Rutopía. Al momento tienen una fila de espera de 200 comunidades que esperan que la empresa les ayude en el trabajo de curaduría experiencial.

Foto: Cortesía Rutopía

Fieles a la reputación de su alma máter, los muchachos buscan inyectar a los proyectos de las comunidades sustentabilidad económica y construyen junto con ellas un plan de ruta corporativo que sea atractivo y rentable en el largo plazo: estableciendo precios de manera correcta, aportando valor agregado a las experiencias, desarrollando el marketing y en general refinando los detalles que hagan atractivo al producto.

“Después de unas pláticas largas descubrimos qué riquezas culturales y naturales tienen y eso lo convertimos en una experiencia. La probamos y vamos perfeccionándola hasta que sea una calidad asegurada y que la comunidad esté contenta de recibir al viajero”.

“Parte del valor que nosotros aportamos a las comunidades es que ellas empiecen a visualizarse como operadoras turísticas en vez de ser una persona que ofrece servicios. Es el cambio de mindset que muchas veces es necesario tener porque si no muchas comunidades no podrían recibir suficientes viajeros. Realmente no somos una organización que hace caridad, somos una empresa y cada decisión que hacemos lo hacemos como empresa local y de impacto social, pero con un retorno sobre la inversión”.

A dos años de haber sido creada Rutopía ha ido ganando reconocimientos de alto perfil por su valor social y disruptivo. De manera reciente los emprendedores fueron reconocidos con el Hult Prize de manos del expresidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, lo que les granjeó un capital semilla por un millón de dólares.

Asimismo, el gigante AirBnB los contactó para formar una alianza para ofrecer las experiencias curadas por Rutopía en su plataforma. Esto –explican– les dará mucha mayor visibilidad a las comunidades y pone de manifiesto el valor de su propuesta.

“Es un aliado definitivamente, ellos tienen algo que nosotros no y que es la fortaleza de la tecnología y un know how ya de 10 años en la industria. Y nosotros la fortaleza que tenemos es que también llevamos años trabajando con comunidades y tenemos esa liga para que ellos puedan accesar también a estos lugares. AirBnB no puede trabajar directamente con las comunidades de Rutopía porque se necesita un intermediario humano y no se puede hacer todo a través de un portal de internet”.

EMPRESA SOCIAL

El empuje de la empresa ha sido tal que esperan en el corto plazo la oferta de experiencias en el corto plazo pase de 13 a 50. Según explican, el plan de ruta para la empresa es ampliar su exposición al mercado internacional para hacer frente a la estacionalidad de la industria.

Al momento 70 por ciento de los viajeros que acude a Rutopía son de origen mexicano. En cuanto más integración de viajeros extranjeros haya se podrá hacer del turismo una fuente de ingresos constante durante todo el año para las comunidades.

Foto: Cortesía Rutopía

Aunque la sustentabilidad económica es una prioridad, los muchachos explican que en el ADN de la empresa está su carácter de empresa social y de beneficio comunitario guiando cada decisión. Sobre el surgimiento de este tipo de empresas en México reflexionan:

“Una empresa social su fin es justamente crear impacto y creemos que realmente esa es la única forma en la que se puede hacer negocios en un mundo que necesita soluciones rápidas y creo que la forma de realmente cambiar el sistema es poniendo el impacto en el centro de tu organización y es tomar las decisiones con base en eso.

“Eso es no solamente en el discurso sino en las cuestiones prácticas, cuando vas a hablar de qué se tiene que hacer sí vas a ver cuál es más rentable porque la empresa necesita crecer para seguir creando impacto, pero también vas a considerar el impacto en cada decisión que tomes.

“Lo más importante es que el turismo no es un fin por sí mismo. El turismo es un medio para alcanzar el fin y el fin es dar oportunidades de desarrollo sustentable y regenerativo en el México rural”.

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