/ martes 23 de junio de 2020

Encerrados y con un celular, Osmani y Mike Arciniega crean cine en vivo

La serie de cortometrajes fueron filmados al mismo tiempo que se transmitieron en vivo por la plataforma de FilminLatino

Ante la imposibilidad de filmar una producción de cine en espacios abiertos por la emergencia sanitaria del Covid-19, Osmani y Mike Arciniega se preguntaron cómo podían seguir filmando historias aunque no fuera de la manera tradicional. El celular era su único aliado.

Conscientes de la existencia de otros proyectos hechos con esta herramienta, como el cortometraje Détour de Michael Gondry o la película mexicana Oso polar, de Marcelo Tobar, quisieron experimentar con este formato. “Pero faltaba la parte sexy que pudiera darle la vuelta, algo que no se hubiera hecho antes”, dice Osmani. Así que pensaron: ¿Por qué no filmarla en vivo, a través de Instagram Live, mientras los espectadores seguían el resultado?

Fue así como surgió Encierro, una serie de seis cortometrajes que se realizaron del 8 al 13 de junio en la cuenta de Instagram de FilminLatino. Cada día, en punto de las 9:16 pm, un actor recreaba una breve historia desde su casa, sin cortes y realizada completamente en vivo, tomando como eje narrativo emociones como la decepción, coraje, desprecio, alegría, amor y compasión, relacionadas con problemas que vive el ser humano por el confinamiento que experimentamos ahora.

“El concepto está perfectamente hilado para que a esa hora las emociones queden en libertad. Llevamos prácticamente 100 días en un encierro físico, pero hay algo que no podrán encerrar nunca que son las emociones del ser humano, sentimientos que de alguna forma podían construir un vinculo con el espectador”, explica Mike Arciniega, VP creativo de la agencia Archer Troy, encargada del proyecto junto a la productora Humano, en la que Osmani es socio director.

Producir una idea como estas llevó 60 días, donde un equipo de guionistas compuesto por Abraham Quintana, Carlos Fernández Oxté, Abraham Esli, Osiel Díaz y Benjamín Mondragón. La propuesta fue adquirida por el Instituto Mexicano de Cinematografía y la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, quienes apoyaron el proyecto.

El proceso de creación para cada uno de los seis capítulos de esta serie de cortometrajes se realizó vía remota. Los ensayos se realizaron en plataformas como Zoom, WhatsApp o FaceTime, donde directores como Osmani, Luciano Ciccarello, Mario Camhi, Roger y Allan Ramírez guiaron a sus actores.

“Cada actor tenía su casa y setting de manera distinta. Según el capítulo decíamos qué necesitaba cada uno: un tripie, el celular haciendo push in, push out, que tuviera una grabadora portátil (para el sonido). A partir de ahí tratamos que de ver que cada actor tuviera conocimientos en base a la técnica cinematográfica que íbamos a hacer, desde un recorrido plano secuencia-selfie, movimientos de cámara de adelante a atrás. Todo según las posibilidades de los actores”, explica Osmani.

“Hubo muchas pruebas fallidas, hacíamos ejercicios en vivo. Abrimos una cuenta falsa de Instagram, y veíamos cómo iba funcionando y vía zoom o por llamada decíamos si era necesario que se hicieran para adelante o para atrás o si necesitaban ayuda de alguien más. Fue así como coordinamos esto”, añade el cocreador del proyecto.

También echaron mano de la experiencia de Jorge Zárate, Armando Hernández, Blanca Salcés, Sofía Espinosa, Cassandra Sánchez-Navarro y Paulina Gaitán, protagonistas de cada historia, para hacer más fácil el trabajo a distancia, pues la filmación la realizaron ellos solos en su casa, ayudándose únicamente de quienes estuvieran junto a ellos en el confinamiento.

“Todo se filmó en sus casas. Los actores, al ser de tal envergadura y nivel, conocen su luz y saben hablar de tomas. Era una cosa de experimentación interesante, donde a final de cuentas lo más importante era de que tuvieran conciencia que con un celular tenían que pulsar el botón de ‘en vivo’ a las 9:16 y trabajar frente a la cámara lo que habíamos ensayado días anteriores”, detalla Osmani.

Aunque los escenarios parecen diseñados para la filmación, en realidad fueron las casas de los propios actores los sets donde se realizó este experimento. “Durante los ensayos vía remota les preguntábamos cómo era su baño, la sala, el cuarto. ‘Ah mira, en este comedor podemos organizar la fiesta de cumpleaños y poner un muñequito aquí y allá’, optimizando todo el tema del recurso para que el valor de producción existiera lo más fiel al cine”, agrega Mike Arciniega.

Los creadores afirman que esta es una iniciativa que “buscaba dejar forma un testimonio de lo que nos está pasando” durante esta contingencia. “Esta es nuestra aportación como creativos, publicitarios y productores, teníamos algo qué decir y afortunadamente con la ayuda de los equipos pudimos concebir una idea muy bonita como esta”, concluye Arciniega.

Los seis capítulos de Encierro pueden verse en el perfil de Instagram de FilminLatino.

Ante la imposibilidad de filmar una producción de cine en espacios abiertos por la emergencia sanitaria del Covid-19, Osmani y Mike Arciniega se preguntaron cómo podían seguir filmando historias aunque no fuera de la manera tradicional. El celular era su único aliado.

Conscientes de la existencia de otros proyectos hechos con esta herramienta, como el cortometraje Détour de Michael Gondry o la película mexicana Oso polar, de Marcelo Tobar, quisieron experimentar con este formato. “Pero faltaba la parte sexy que pudiera darle la vuelta, algo que no se hubiera hecho antes”, dice Osmani. Así que pensaron: ¿Por qué no filmarla en vivo, a través de Instagram Live, mientras los espectadores seguían el resultado?

Fue así como surgió Encierro, una serie de seis cortometrajes que se realizaron del 8 al 13 de junio en la cuenta de Instagram de FilminLatino. Cada día, en punto de las 9:16 pm, un actor recreaba una breve historia desde su casa, sin cortes y realizada completamente en vivo, tomando como eje narrativo emociones como la decepción, coraje, desprecio, alegría, amor y compasión, relacionadas con problemas que vive el ser humano por el confinamiento que experimentamos ahora.

“El concepto está perfectamente hilado para que a esa hora las emociones queden en libertad. Llevamos prácticamente 100 días en un encierro físico, pero hay algo que no podrán encerrar nunca que son las emociones del ser humano, sentimientos que de alguna forma podían construir un vinculo con el espectador”, explica Mike Arciniega, VP creativo de la agencia Archer Troy, encargada del proyecto junto a la productora Humano, en la que Osmani es socio director.

Producir una idea como estas llevó 60 días, donde un equipo de guionistas compuesto por Abraham Quintana, Carlos Fernández Oxté, Abraham Esli, Osiel Díaz y Benjamín Mondragón. La propuesta fue adquirida por el Instituto Mexicano de Cinematografía y la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, quienes apoyaron el proyecto.

El proceso de creación para cada uno de los seis capítulos de esta serie de cortometrajes se realizó vía remota. Los ensayos se realizaron en plataformas como Zoom, WhatsApp o FaceTime, donde directores como Osmani, Luciano Ciccarello, Mario Camhi, Roger y Allan Ramírez guiaron a sus actores.

“Cada actor tenía su casa y setting de manera distinta. Según el capítulo decíamos qué necesitaba cada uno: un tripie, el celular haciendo push in, push out, que tuviera una grabadora portátil (para el sonido). A partir de ahí tratamos que de ver que cada actor tuviera conocimientos en base a la técnica cinematográfica que íbamos a hacer, desde un recorrido plano secuencia-selfie, movimientos de cámara de adelante a atrás. Todo según las posibilidades de los actores”, explica Osmani.

“Hubo muchas pruebas fallidas, hacíamos ejercicios en vivo. Abrimos una cuenta falsa de Instagram, y veíamos cómo iba funcionando y vía zoom o por llamada decíamos si era necesario que se hicieran para adelante o para atrás o si necesitaban ayuda de alguien más. Fue así como coordinamos esto”, añade el cocreador del proyecto.

También echaron mano de la experiencia de Jorge Zárate, Armando Hernández, Blanca Salcés, Sofía Espinosa, Cassandra Sánchez-Navarro y Paulina Gaitán, protagonistas de cada historia, para hacer más fácil el trabajo a distancia, pues la filmación la realizaron ellos solos en su casa, ayudándose únicamente de quienes estuvieran junto a ellos en el confinamiento.

“Todo se filmó en sus casas. Los actores, al ser de tal envergadura y nivel, conocen su luz y saben hablar de tomas. Era una cosa de experimentación interesante, donde a final de cuentas lo más importante era de que tuvieran conciencia que con un celular tenían que pulsar el botón de ‘en vivo’ a las 9:16 y trabajar frente a la cámara lo que habíamos ensayado días anteriores”, detalla Osmani.

Aunque los escenarios parecen diseñados para la filmación, en realidad fueron las casas de los propios actores los sets donde se realizó este experimento. “Durante los ensayos vía remota les preguntábamos cómo era su baño, la sala, el cuarto. ‘Ah mira, en este comedor podemos organizar la fiesta de cumpleaños y poner un muñequito aquí y allá’, optimizando todo el tema del recurso para que el valor de producción existiera lo más fiel al cine”, agrega Mike Arciniega.

Los creadores afirman que esta es una iniciativa que “buscaba dejar forma un testimonio de lo que nos está pasando” durante esta contingencia. “Esta es nuestra aportación como creativos, publicitarios y productores, teníamos algo qué decir y afortunadamente con la ayuda de los equipos pudimos concebir una idea muy bonita como esta”, concluye Arciniega.

Los seis capítulos de Encierro pueden verse en el perfil de Instagram de FilminLatino.

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