El éxito y la trascendencia de series asiáticas en México es indudable. Historias como las de Mazinger Z, Astroboy, Candy Candy o Los caballeros del zodiaco han seducido a varias generaciones y hoy en día siguen teniendo un impacto de gran relevancia.
Para entender la influencia de la sociedad asiática (la japonesa en la década de los ochenta, la china a principios de siglo y la coreana en la última década), es importante pensar este tipo de historias como una vía a través de la cual se pueden transmitir ideales y hasta estereotipos.
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“Los chicos que comienzan a ver estas historias investigan y encuentran cosas relacionadas con la ética de estos países, en particular de Japón. Cosas relacionadas con la lealtad, el respeto a los demás, observan una sociedad más estructurada y toman eso como una aspiración”, explica Diana Alejandra Ávalos Rayo, historiadora y profesora de historia contemporánea de China, Japón y México en la Universidad Anáhuac.
Parte de lo que hacen cautivas a estas historias es la necesidad de impulsar a los jóvenes para que se vean capaces de vencer cualquier reto. “Algunos personajes pierden a sus papás, pero se reponen; son huérfanos porque en la adolescencia muchos jóvenes se sienten así; no es que tenga que ver con la muerte física, sino con que no pueden identificarse ya con sus papás”, afirma la profesora tomando como ejemplo historias como Remi.
La necesidad de proyectarse con mayor fuerza es lo que ha logrado que estas historias permanezcan siento tan vigentes a través del tiempo.
Las historias ofrecen situaciones de fantasía narradas con cierto grado de verosimilitud. Pienso en El ataque del titán, una serie de heroísmo donde el protagonista es un joven débil que depende del apoyo que le presta una de sus colegas, pero que gracias a ello se puede volver un peleador hábil
Esta influencia a través de las historias asiáticas se origina en México a partir de los años ochenta, con la llegada de programas como Transformers, que encontraron espacio en el mercado nacional gracias su diversidad en productos comerciales que llegaron de diferentes formas.
Una distinción del mercado mexicano es que además de tener los originales el mercado interno desarrolla sus propias versiones de esos juguetes, que son más baratos y que imitan a las series que veían en televisión como Ultraman, Robotic, Mazinger Z que en Japón se estrenaron a finales de los años sesenta y que en México llegan a principios de los ochenta
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La profesora Ávalos admite que esta cultura ha ido progresando conforme el paso de los años y ahora es representada por una nueva cultura como la coreana. “Ahora tenemos una nueva generación que está revalorando la cultura no sólo de Japón, pues hay una presencia mayor de la cultura musical y televisiva coreana, que está representada por los grupos K-Pop, las series de televisión, los doramas y demás, que han ayudado a distribuir otros productos”.
Como ejemplo pone la gran distribución de productos que existen tan sólo en la capital y el alto valor que tienen dentro de sus seguidores. “Uno puede encontrarse en los mismos locales series animadas japonesas, doramas y maquillaje coreano, todo junto a productos alimenticios chinos. Además los muñecos que se venden se dividen en tres categorías: la versión japonesa hecha para Japón, la hecha para el mundo y la versión china más accesible de una calidad ligeramente inferior. Pero todo en un mismo lugar, como la cultura asiática que es”, finaliza.