Desde el miércoles 28 de septiembre de aquel año 2016, la Comisión Nacional del Agua (Congua) informó sobre el arribo a territorio nacional de tres sistemas hidrometeorológicos, que por sus características se denominaron “tormenta perfecta”, una lluvia atípica que trajo a la capital duranguense la tragedia y el desastre.
Caía la tarde en aquella fecha y comenzó la precipitación, misma que continuó de manera intensa y permanente durante las siguientes ocho horas, con lo que la mancha urbana recibió más de cien milímetros de agua, es decir, el 20% de lo que llueve en Durango durante todo el año.
El resultado fue devastador en diversos rumbos de la capital que se vieron afectados por el exceso de agua, sin embargo, la peor parte se vivió en las colonias ubicadas al noroeste de la ciudad luego de que la corriente rebasó la cortina de la represa del Hielo, y sobrevino la tragedia, el desastre y el luto para las familias que perdieron a un ser querido.
La ausencia es un plan preventivo, uno de los factores que provocaron la tragedia
A cinco años de distancia, Gustavo Paredes Moreno, especialista en el tema de Gestión de Riesgo y director de Protección Civil municipal, sostiene que fueron diversos los factores que se conjugaron en este desastre.
Por un lado, se presentó este fenómeno conocido como tormenta perfecta, conformado por dos sistemas de baja presión tanto en el Pacífico como en el Golfo de México, que aunados al frente frío número dos de la temporada, se tradujeron en un cúmulo de agua que en poco tiempo se precipitó sobre la ciudad de Durango y particularmente sobre lo que se puede identificar como zona cero, el noroeste capitalino, donde la muerte sorprendió a cuatro personas.
Al tema de la tormenta perfecta, hay que añadir que en la presa del Hielo, había un taponamiento que provocó que el agua superara la cortina, y a la vez generó un efecto destructor aguas abajo.
Sin embargo, un aspecto determinante, explica Paredes Moreno, fue el hecho de que los vecinos de la zona, no tenían ni la menor idea de cómo actuar en caso de emergencia, por eso la importancia de un plan para saber qué hacer en un momento dado.
Asegura que hoy, las condiciones han cambiado, el asunto preventivo es fundamental “y en ello trabajamos de forma permanente ante el riesgo que prevalece en esa zona y en otras de la ciudad”.
Intensificar prevención e impedir mas asentamientos , nuestra responsabilidad: Jorge Salum
“Lo que hemos hecho en esta administración es evitar que haya más asentamientos en esta parte de la ciudad, a través de una vigilancia permanente”, establece el presidente municipal, Jorge Salum del Palacio, al ser interrogado sobre la condición del territorio que circunda la presa del Hielo luego de cinco años de este episodio.
“Por fortuna no ha habido más circunstancias que lamentar, pero permanecemos atentos y con una intervención cercana por parte de Protección Civil municipal, para establecer mecanismos preventivos y que la gente sepa cómo actuar en un momento dado.
Asegura que en tal sentido, en momentos de precipitaciones se realiza un monitoreo permanente, a fin de advertir de manera oportuna a la comunidad sobre posibles riesgos, es decir, el aspecto preventivo debe ser una fortaleza para actuar con solvencia.
Pseudolíderes siguen aprovechando la necesidad de vivienda: Alejandro Monreal
A raíz de la tragedia de 2016, tanto los Gobiernos municipal y estatal, han llevado a cabo trabajos con las familias para su reubicación. “Ahora podemos decir que muchas de ellas ya se han ido a vivir en diferentes puntos de la ciudad, pero se sigue trabajando en esa proyección”, dijo el regidor panista Alejandro Monreal.
Lamentablemente, la problemática de terrenos irregulares se sigue manifestando en Durango. Se trata de un problema añejo, “tenemos 20 o 30 años donde las familias siguen comprando de manera no lícita”.
Y es que desafortunadamente continúan los pseudolíderes que se aprovechan de esta necesidad y por este motivo, el Gobierno municipal busca desincentivar la adquisición de este tipo de predios, en una labor que no es sencilla, porque la demanda de vivienda es enorme, reconoce el entrevistado.
Mejor vecinos y familiares nos apoyaron con ropa y alimentos: damnificada
Maricela González, quien con una inseguridad latente habita a unos metros de la cortina de la presa del Hielo, llegó a vivir a Durango proveniente de San Juan del Río hace ya once años. Aprovechó la oferta que ejidatarios le hicieron para adquirir un terreno en esta zona de la ciudad, pero afirma que antes del 29 de septiembre de 2016, nunca supo del peligro que corría al establecerse en ese sitio.
Narra cómo la noche del desbordamiento de la presa, ella junto a otros vecinos, salvaron la vida de una muchacha que era arrastrada por la corriente y que ahora entiende el riesgo que corre al vivir ahí. No obstante, se manifiesta decepcionada de las autoridades, pues solo los visitan en tiempos electorales.
Asegura la entrevistada que desde hace cinco años, luego de la desgracia, ningún representante del gobierno se ha presentado en el lugar para plantearles alternativas. Recuerda que en octubre de 2016, sí les ofrecieron un espacio, por cierto muy lejano a la dignidad, por eso renunciaron este y todos los vecinos de la colonia Gómez Farías prefirieron permanecen asentados en ese lugar, pese a los riesgos que ello implica.
Asegura que viven agusto, con la certeza de un patrimonio y descarta la posibilidad de que la presa nuevamente llegue a desbordarse y la tragedia se repita. Asimismo recordó cuando vecinos y familiares les echaron la mano con ropa y comida durante varias semanas, lo que no hicieron las autoridades.
Criticó la entrega en aquellos días complicadas, de refrigeradores y otros enseres domésticos con un acto en la Plaza de Armas para auxiliar a las familias en desgracia, cuando quienes verdaderamente requerían una mano, se les dejó y se les sigue dejando a su suerte.