El arzobispo de Durango, don Antonio Fernández Hurtado en lo que pudiera ser una de sus últimas declaraciones públicas antes dejar la arquidiócesis para cumplir con la nueva encomienda dada por el papa Francisco, declaró que ante la descomposición social que se vive en la ciudad capital por la venta de drogas, consumo de alcohol desde menores de edad, robos y asaltos, esto debe atacarse de inmediato por las autoridades responsables -el gobierno en sus diferentes niveles y estructuras-, “a la juventud le falta acompañamiento, está muy sola.”
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La última encuesta de Seguridad Nacional de Seguridad Urbana realizada por el INEGI, que comprende los meses de octubre a diciembre de 2018 arrojó entre otros datos los siguientes para la ciudad de Durango: el 63.5% de la población de 18 años de edad o más, atestiguó consumo de alcohol alrededor –porcentaje muy elevado-; el 45.5% se atestiguó vandalismo alrededor de su vivienda; el 57.5% y este dato es más alarmante porque es el porcentaje más alto del norte del país, atestiguó la venta y/o consumo de drogas alrededor de su vivienda.
Además en la misma encuesta la estadística apunta que el robo y asaltos, muestra un porcentaje del 44.10, mientras el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública marca en este renglón la ocurrencia de robos y asaltos del 36%, es decir, existe una cifra negra de 10% entre un dato oficial y otro, lo que significa que la denuncia no se concreta y las cifras discrepantes.
Don Antonio Fernández Hurtado aseguró que se tienen que buscar las causas estructurales y aprender a trabajar a largo plazo.
“Sin duda la cuestión es los valores y la educación en la familia y en la escuela, porque si nosotros queremos tener nuevas conductas en las personas, otra sociedad, se requieren nuevas personas que las vayan formando entonces hay que apostar a sembrar desde los niños”, mencionó monseñor Fernández Hurtado.
Para resolver los problemas de fondo en la estructura social hay que trabajar en conjunto, querer hacer esto por separado no es efectivo porque estos problemas son muy complejos, para ello existen en la sociedad especialistas en lo académico, jurídico, médico, religioso, anotó.
“Si aprendemos a trabajar más en conjunto será mejor, sino cada quien se siente como aislado, necesitamos una vertebración, y yo le he dicho a la Iglesia que somos los bautizados, que tenemos que ser más activistas, más comprometidos, que no tenemos que sentarnos para ver sólo que pasen las cosas”.
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Dijo que la Iglesia tiene que renovarse en un plano local, de ahí que uno de sus legados de lo que espera haya continuidad, es el Plan Pastoral, que en síntesis es acercar a la religión católica más hacia los fieles, en un sentido vertical que vaya de abajo hacia arriba.
Esto representa que la Iglesia se acerque más a los jóvenes que son el camino que continúa hacia adelante, ellos, agregó, no quieren “rollo”, quieren acciones y la Iglesia es lo que busca hacer a través de los medios de comunicación formales y los cibernéticos.
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“El papa Francisco dice que los jóvenes son la gran riqueza, aunque no hay orientación para ellos, tenemos que acercarnos a ellos, porque si les presentamos algo grande lo va a seguir, tenemos mucha esperanza en la juventud, a ellos les falta acompañamiento tanto de la familia como de los educadores y necesitamos acompañarlos, y por eso tenemos que trabajar desde resarcir los valores de la familia para que vuelvan los valores”, señaló monseñor Fernández Hurtado.
Es un trabajo integral que debe hacerse, promover el deporte, la convivencia familiar, que haya fuentes de trabajo para que en Durango la sociedad desde su estructura cambie, y en Durango falta unidad, y aunque en su retirada de la arquidiócesis local está en puerta, en la Iglesia local habrá continuidad del trabajo pastoral que propuso desde su arriba al estado, un trabajo pastoral de unificación.