Y hablando que Durango es la tierra del cine, y cuna de grandes talentos, resalta el nombre de Andrea Palma, la prima de la actriz duranguense Dolores del Río. Ella también destacó en el medio artístico, en el cine, y su nombre real era Guadalupe Bracho Pérez Gavilán, la primera diva del cine mexicano.
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Sus padres fueron Luz Pérez Gavilán, Julio Bracho y Zuloaga, éste último productor, director y guionista, reconocido como uno de los cineastas más destacados de la Época de Oro del Cine Mexicano.
De familia de artistas, Andrea Palma, nacida en Durango el 16 de abril de 1903, antes de lograr el éxito en el cine se dedicó a vender sombreros en la Ciudad de México, para lo cual tenía un almacén específicamente en la calle Palma del Centro Histórico, eso dice su biografía.
Eran sombreros de corte y estilo completamente nuevos para la época, su tienda se llamaba Casa Andrea, al cual llegaban las mujeres más elegantes del momento. Era justamente ella, reconocida por su belleza física, quien recibía a sus clientas.
Su visión eran amplia y sin límites, pues le vendió sombreros a mujeres famosas del teatro, incluso era ella quien llegaba hasta los camerinos para ofrecer sus sombreros.
A la par de su negocio, era gustosa por el teatro, lo que provocó que se aprendiera las escenas de las obras, luego que frecuentaba los recintos donde había presentaciones de obras. Según su biógrafa, en 1927 llegó la oportunidad de su vida. Cuando en la obra “Maya”,
- El director Alfredo Gómez de la Vega, de la obra de teatro “Maya”, buscaba sustituta luego que la actriz Isabela Corona acababa de dar a luz; y Andrea Palma levantó la mano, donde logró el éxito, y a partir de ahí su carrera siguió.
Incursionar en el cine le representó cerrar su tienda de sombreros, fue ahí que cambió su nombre al de Andrea Palma, como un conjunto entre el nombre de su tienda y la calle en que estaba el establecimiento de sombreros.
Aunque era hija de Julio Bracho y Zuloaga y prima de Dolores del Río, ella destacaba por sí sola, por su talento, y personalidad. Se dice que críticos de aquel momento se referían a ella como “nuestra primera trágica del cine y teatro”. Entre sus características estaba la dulzura de su voz y su presencia. Habría aprendido de la estadounidense Marlene Dietrich ademanes y gestos.
En su trayectoria tuvo 30 películas en la lista, una herencia que dejó para los mexicanos. Su muerte ocurrió el 11 de noviembre de 1987, a los 84 años de edad en la Ciudad de México; su partida ocurrió por un desequilibrio hidroelectrolítico, insuficiencia renal, y una protrusión abdominal.