En el semestre “A” 2020 la Universidad Juárez del Estado de Durango tiene inscritos 104 estudiantes de origen tepehuano o huichol, de los cuales más del 50 por ciento son mujeres, en su mayoría son O’dam o tepehuanos que están concentrados en las Facultades de Ciencias Forestales, Medicina, Derecho, Enfermería, Ciencias Químicas, Trabajo Social y Terapia de la Comunicación Humana, y en educación media superior, en las cuatro preparatorias.
Tras participar en una de las siete mesas de trabajo para contribuir en la “Construcción de la agenda política de las mujeres tepehuanas”, María Eugenia Pérez Herrera, directora de Servicios Educativos de la máxima casa de estudios, dijo que por instrucciones del rector Rubén Solís Ríos se ha tratado de ubicar a jóvenes de los pueblos originarios para darles su espacio dentro de la Universidad.
En referencia a su participación en la mesa donde se trató el tema de derechos educativos y económicos, tocó plantear ¿cuáles son los derechos que están consagrados para ellos?, ¿cómo es su presencia dentro de la Universidad? y ¿qué acciones se sumarían para la visibilización y reconocimiento de los estudiantes?
Estos trabajos, sin duda, deben impactar en el desarrollo de una política pública que contribuya a la visibilización del reconocimiento de sus derechos, porque es una población doblemente invisibilizada, así como en la mejora y el desarrollo de otro tipo de servicios que hasta ahora no se tenían contemplados. Este es un llamado a poder formalizar un esquema de atención específico para estos grupos de poder, enfatizó Pérez Herrera.
Entonces, esta mesa para generar la agenda política de las mujeres tepehuanas permite mirar a estos grupos que habían pasado un tanto desapercibidos, pero el servicio que ellos reciben en la Universidad es el descuento en las inscripciones, es una acción positiva que, sin duda, los beneficia.
Destacó que entre los egresados de la UJED de origen tepehuano hay jóvenes talentosos que han obtenido el reconocimiento al mérito académico, a través de la medalla “Benito Juárez”, que están trabajando en la Ciudad de México; otros hacen estudios de maestría, algunos se insertaron en organismos electorales como asesores. “Estos son chicos que tienen mucho qué mostrarle a la Universidad”, aseguró.
Detalló que la primera tarea por hacer adelante es saber dónde están, qué hacen e identificar cuántos de los estudiantes tienen acceso a los servicios de la tutoría y el apoyo de becas, para que no se rezaguen.
En tal sentido, agregó, es identificar uno a uno.Existe un grupo de alrededor de 50 jóvenes en WhatsApp, un medio con el cual pueden acercarse a la Universidad, además se está planeando un encuentro con ellos, porque “… creemos que desde nuestra cosmovisión les estamos acercando la información y resulta que no, a lo mejor las estrategias son muy pensadas para estudiantes, como los que hemos trabajado todo el tiempo de origen rural o citadino, pero ellos tienen una lógica diferente…”.
Consideró que se debe trabajar en una estrategia intercultural que reconozca las diferencias, que tengamos información de reglamentos o de servicio social en su lengua, porque una de las primeras dificultades que se tienen con ellos en los primeros semestres son los reportes de que los están reprobando porque no entienden; “no es que no entiendan, es que la lengua es diferente, tenemos que acercarnos desde ese referente de lenguaje, ningún maestro hablamos O´dam, como tampoco ninguno de nosotros estamos desarrollando estrategias”.