Que no solamente haya obras de caridad en las Iglesias, sino que sean aplicadas políticas públicas que busquen el bien de la comunidad, además de seguir trabajando en la nueva evangelización saliendo a las calles llevando la Palabra de Dios; son algunos de los retos que afronta la Arquidiócesis local en el marco de la primer década del papado de Francisco, destacó el arzobispo de Durango, monseñor Faustino Armendáriz Jiménez.
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Luego de la renuncia del extinto Papa Benedicto XVI y durante el cónclave, el 13 de marzo del año 2013 Jorge Bergoglio fue elegido como nuevo jerarca de la iglesia católica bajo el nombre de Francisco y desde su primera aparición pública conmocionó a los feligreses con la frase “Recen por mí”.
En este contexto refiere el líder de la Iglesia local que dicha institución aún conserva su valor primordial entre la sociedad duranguense, puesto que cuenta con más de un millón de feligreses católicos que siguen y practican los valores cristianos, así como dogma de fe.
Precisó que el objetivo en esta Arquidiócesis es trabajar por la nueva evangelización, “ir más allá de un eslogan tiene que ser un ordenamiento constante bajo la batuta del obispo acompañado siempre por los sacerdotes para salir a las calles y llevar la palabra de Dios a todo el pueblo”, comentó el jefe de la iglesia católica en Durango.
Señaló que ayudar a los demás va más allá que tratar de ser filantrópicos ocasionales, es necesario adoptar un estilo de vida sensible para ver qué se está haciendo por aquellos menos afortunados ante la sociedad, subrayó. De ahí la necesidad de velar por los más necesitados, pero no ocasionalmente, sino de forma constante y en el caso de Durango trabajar desde el gobierno para apoyarlos mediante la aplicación de políticas dirigidas a ellos.
Sentenció que, "el cielo no se improvisa, el cielo se gana con las obras, mediante el actuar de todos los días y no con una actitud de filantropía en ciertas épocas del año, sino que debe adoptarse un estilo de vida donde podamos ayudar de manera espontánea al que más lo necesite, incluso con una palabra".
La Arquidiócesis de Durango es una de las 19 que existen en el país. Dependen de ella la prelatura de El Salto, la diócesis de Mazatlán, la diócesis de Torreón y Gómez Palacio. Fue elevada a arquidiócesis el 23 de junio de 1891. Según datos recientes se estima que cuenta con un millón 127 mil 473 adeptos en la circunscripción que abarca.
Como sucede en todo el país, la tradición de las fiestas patronales está muy arraigada en el pueblo duranguense, cada municipio, comunidad y parroquia veneran y celebran a sus santos, sin embargo en la capital duranguense hay tres festividades que destacan por el fervor de sus creyentes. El 23 de abril la fiesta del patrono de la ciudad San Jorge con sede en la Catedral Basílica Menor; San Judas Tadeo el 28 de octubre en la parroquia que se ubica en Colonia Mayagoitia; así como el 12 de diciembre la que es quizá la más grande festividad en honor a la Virgen de Guadalupe, además del festejo a la Inmaculada Concepción.
El representante del Papa en México es el Nuncio Apostólico, y en cada Diócesis el gobierno pastoral depende del Obispo que en comunión con el Episcopado y con el Romano Pontífice trabaja según las propias circunstancias en la evangelización.
En julio de 2022, el Papa Francisco designó al nuevo nuncio apostólico que representará a la iglesia en nuestro país. Se trata de Joseph Spiteri, de 63 años, quien llegó a México desde la salida de Franco Coppola.
Sostiene monseñor Armendáriz Jiménez que el obispo tiene la gran responsabilidad de impulsar la piedad eucarística, por ello en esta sede se ha promovido de manera intensa la adoración nocturna en todas las parroquias, sin excepción, a través de la Cofradía del Santísimo Sacramento cuyo trabajo ha permitido con organización puntual que ningún Sagrario esté solo.
Insistió que el objetivo en la Arquidiócesis de Durango es trabajar por la nueva evangelización, como un ordenamiento constante bajo la batuta del obispo acompañado siempre por los sacerdotes para salir a las calles y llevar la palabra de Dios a todo el pueblo.
"Porque si los sacerdotes, obispos y laicos no salimos a las calles y vamos a las casas para llevar la palabra de Dios, traicionamos nuestro ministerio y también evadirnos el mandato de Jesús que se basa en ir y hacer discípulos", puntualizó el arzobispo.
Sentenció que en la iglesia de Durango no quieren clérigos encerrados en sí mismos, autorreferenciales, sino que caminen con el pueblo, que salgan a visitar a las familias y armen su trabajo en función de quienes sirven, no desde intereses personales y la comodidad o el comodismo.
En referencia a la relación que se guarda con el Papa Francisco, precisó que él es el obispo de la iglesia de Roma y como tal es el sucesor de San Pedro, en quien recae el gobierno universal de la Iglesia Católica. Entiéndase gobierno más que en el sentido temporal en la preocupación por la evangelización y su manifestación en la caridad.