“18 los reos que escaparon”, dice la portada de El Sol de Durango del martes 1 de noviembre de 1983, donde se informó que tras una nutrida balacera en los patios de la salida principal del Centro de Rehabilitación Social (Cereso) de la capital duranguense se registró la fuga masiva en la que huyó Marcos Arturo Beltrán Leyva, un capo del Cártel de los Beltrán-Leyva.
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El hecho que acaparó los titulares de aquella fecha dejó un saldo de una persona muerta –el vigilante identificado como Pedro Hernández Trejo-, dos lesionadas de gravedad –Gabriel González Rivas y Virgilio García García- y 18 reclusos en libertad, aunado a que estuvo en un hilo la vida de tres rehenes.
“Eran aproximadamente las 11:10 horas cuando un grupo de 19 reclusos encabezados por José Coronel Herrera y Santiago Leal Coronel, con pistola en mano inmovilizaron al encargado de la puerta que da al locutorio y lograron salir para posteriormente entablar un tiroteo desde el vestíbulo hacia los vigilantes de la puerta de salida, mientras que desde afuera también disparaban 0tros individuos que estaban en una camioneta. Al parecer se trata de Víctor Coronel García y el ex prefecto Herminio Hernández Francisca, éste último lo hacía con una metralleta”, dice la nota publicada aquel 1 de noviembre y que fue escrita por Gabriel Ontiveros Barrera.
Luego de ello, tras dar muerte al vigilante, los reclusos abandonaron el lugar y para contrarrestar la resistencia de los vigilantes tomaron como rehenes al subdirector, José Luis de la Rosa Simental, al subjefe de Vigilancia, Silvestre Alvarado, y a la Trabajadora Social, Elisa González.
Así lograron salir sin peligro de ser balaceados por los vigilantes de las puertas y torres, pues De la Rosa, que era amagado con una pistola en la cabeza, salió con la mano en alto, y a gritos pedía que n tirarán, pues era seguido por uno de los Coronel y otros reos, quienes amenazaban con arma de fuego y una punta a los otros dos rehenes.
“Cuando los 18 reos habían traspuesto la puerta principal procedieron a despojar de su vehículo a Everarda Pruneda, quien acababa de llegar al estacionamiento, y ésta trató de evitar el robo de su automóvil Caribe color naranja, pero fue alcanzada y obligada a entregar las llaves”.
Otras personas también fueron despojadas de sus vehículos, de tal manera que al tener ya varias unidades emprendieron la huida, pero se dispersaron por todas las carreteras, siendo en las cercanías de la planta de Gas Elsa en donde pudieron liberarse de sus captores, De la Rosa y el subjefe de Vigilancia. Esto luego que el conductor se volcó debido a que no tenía la pericia necesaria para el manejo. “Luego los fugitivos emprendieron la huida a pie con rumbo a la colonia 20 de Noviembre”.
Enseguida se pronunciaron las autoridades respecto a esta fuga masiva, y dieron a conocer la lista de aquellos que lograron huir, especificando por qué delito estaban recluidos.
José Coronel Herrera | Asalto, violación y resistencia a particulares
Manuel Cabrera Sarabia | Delitos contra la salud
Santiago Leal Coronel | Delitos contra la salud
Jesús Jiménez López | Delitos contra la salud
Santiago Leal Siqueiros | Doble homicidio y asalto
Raúl Cárdenas Torres | Abigeato (robo o hurto de ganado o animales domésticos)
Pedro Sarabia Cabrera | Robo
Gabriel Salazar Mariscal | Delitos contra la salud
- Marcos Arturo Beltran Leyva | Delitos contra la salud
Sabino Soto Díaz | Triple homicidio
Martín Zúñiga Barrera | Narcotráfico
Bibiano Ortiz Sánchez | Narcotráfico
Emilio Guzmán Loera | Narcotráfico
José Rivas Vizcarra | Narcotráfico
Loreto Rivas Vizcarra | Narcotráfico
José Ángel Ruiz | Homicidio
Juan Nepomuceno | Doble homicidio, asalto, robo (Sumó tres fugas)
Emilio Molina Espinoza | Homicidio y lesiones (estuvo en las Islas Marías)
Francisco Javier Velazco Salinas | Aparecía en la lista de evadidos, pero se comprobó que del vestíbulo se regresó.
Al huir se llevaron algunas armas entre las cuales estaban las del vigilante que asesinaron; eran tres carabinas 30-M 1 y cuatro mosqueteros, además de las pistolas que ellos portaban.
El avance de las investigaciones refirió en aquel momento que siete de los fugados habrían estado en la sierra de Canatlán, cercano al poblado Nogales, pues ahí abandonaron una de las camionetas que habían robado al momento de la huida.
Fue aquel día en que en medio de la incertidumbre y shock nervioso el subdirector, José Luis de la Rosa Simental, contó para El Sol de Durango sobre las amenazas que recibió, pues la consigna era probarlos de la vida cuando los reos ya estuvieran a salvo y justo cuando ya no necesitaran rehenes.
Por su parte el entonces director del Cereso, Peña Vicario, señaló que Herminio Hernández Francisca es uno de los autores del plan, pues todo hace pensar en ello una vez que fue dado de baja apenas el día 19 de octubre, al parecer cuando estaba ya todo fraguado para efectuar la fuga más espectacular de que se tenga historia en el Centro de Rehabilitación; y es que se apreciaron alrededor de 25 impactos de bala en los cristales del vestíbulo del Cereso.