“Nadie es más que nadie”, es la premisa con la que ha trabajado Ayddé Maricarmen González Alvarado, en la Fundación para la Familia, los Derechos Humanos y la Igualdad.
Desde hace ocho años acompañada por un grupo de abogadas iniciaron el camino para asesorar a mujeres víctimas de violencia, enfocándose en la zona indígena, bajo un diálogo intercultural en el cual no se interponen los usos y costumbres con los derechos humanos.
Ayddé Maricarmen relató que dejar la función pública e iniciarse en la crianza de sus hijos y dedicarse a la asociación civil, la ha llevado por un camino donde busca que los derechos humanos sean prioridad para toda personas y no se haga distingo por color, raza o posición social.
La comunidad de la Guajolota fue el epicentro para distribuir y formar grupos de mujeres que supieran sobre los derechos humanos y frenar la violencia intrafamiliar y de género.
“Mujeres que ayudan a otras mujeres”, fue el primer grupo que se conformó para realizar una red de protección de a los derechos humanos y políticos de las mujeres indígenas.
Para luego ser replicado y extenderlo con las demás comunidad hasta crear una agenda política en la cual “Mujeres que ayudan a otras mujeres”, agruparon en diversas ramas sus peticiones y en una mesas de trabajo con 56 instituciones las plantearon.
Ayddé Maricarmen González Alvarado acompañada por la fundación trabaja sobre plan de la ONU en pro de las mujeres del pueblo O’dam.
En pasados días se postuló para ocupar la presidencia de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), pues dijo estar preparada para ser una promotora de la igualdad y los derechos, ya que por años ha estudiado y participado en el avance de las reformas.
Participar en la creación de la Plataforma de acción de Beijing, y ser la coordinadora de la delegación mexicana que representó al país ante el Consejo Económico y Social de la ONU para evaluar la plataforma de Beijing han sido experiencias que la han marcado en el tema de derechos humanos.
Al ser cuestionada sobre los motivos por los que busca ser titular de la CEDH, respondió que los tiempos apremian, que exista un Ombudsperson defensor del pueblo pues la pandemia ha dejado una ola de violencia muy alta, y el estado no es la excepción, por tanto se debe trabajar en la concretización de dicho fenómeno en ambos géneros: masculino y femenino, sin descuidar a las niñas, niños, adolescentes, adultos mayores.
Enfatizó que con acciones coordinadas y reflexivas se llegará a respetar los derechos humanos de toda persona.
Dejó claro la necesidad de que todo funcionario público esté capacitado en el tema para poder avanzar y dejar siempre visible que los derechos humanos no deben ser trastocados.