La circunstancia de contaminación por aguas negras que impacta desde hace meses el río Nombre de Dios, en el municipio del mismo nombre, ha visto un cambio positivo durante los últimos días, pero no precisamente a partir de actuaciones gubernamentales, sino gracias a la acción de la naturaleza, que ha vertido las primeras lluvias en toda la región.
Esto ha contribuido a disminuir tanto los fétidos olores que comenzaban a ser cotidianos, como la condición de este importante cuerpo de agua que forma parte del atractivo turístico más importante y cercano a la capital duranguense.
Fue el año anterior cuando comenzó la invasión de aguas negras sobre este afluente, a partir de las obras de mantenimiento que llevó a cabo el gobierno municipal del municipio vecino de Vicente Guerrero. Desde entonces, el arroyo El Ancón, cuyas aguas pasan por Nombre de Dios, transportan los líquidos de drenaje, con todos los efectos que esto ha significado.
Sin embargo, en el trayecto, ya desde los primeros meses de 2020, a la problemática se añadieron las lagunas de oxidación del propio municipio de Nombre de Dios, ya que aguas negras y aguas tratadas, son vertidas al lecho del citado río.
Fue a principios del presente mes, que tras las insistentes denuncias ciudadanas y la presión ejercida a través de medios de comunicación, pasados varios meses de que la suciedad se apoderó del caudal, hizo presencia en la zona personal de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), quienes tomaron muestras y establecieron el compromiso ante la comunidad de tener resultados para comenzar medidas para resolver la problemática, a más tardar en una semana.
Fue el día 7 de julio, cuando la Conagua se apersonó en el lugar para iniciar labores, y hasta ahora, 21 de julio, no ha habido ninguna información, de hecho, no han regresado o al menos no lo han informado.
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