Cinthya, es una joven sobreviviente del cáncer de mama; en el 2018 fue diagnosticada con dicha enfermedad y a partir de ahí su vida no volvió a ser la misma.
Se hizo la autoexploración mamaria como acostumbraba, y detectó una bolita en uno de sus pechos, que saltaba al sobarla, en ese momento se encontraba en periodo de lactancia, por lo que supuso que era una bolita de leche y que desaparecería como en otras ocasiones. Al ver que no se desvanecía con los masajes que se daba, decidió ir a la Unidad de Medicina Familiar 1 del IMSS a buscar atención médica para ver si era normal.
Al realizarse una serie de estudios, entre ellos una biopsia, se confirmó lo que no quería escuchar, el tumor que tenía era maligno.
Al recibir la noticia, Cinthya sintió que pronto moriría, lloró, sintió enojo, y pasó a la negación. A unos días de recibir el diagnóstico tuvo que acudir nuevamente a la UMF a más consultas.
En una ocasión tuvo la oportunidad de platicar con una trabajadora social que la ayudó mucho, porque la alentó a seguir adelante. "Me dijo: no tengas miedo, yo veo llegar a muchas mujeres como tú, que en este momento atraviesan una difícil situación, aunque observo su miedo, pasa el tiempo, cuando comienzan a recibir su tratamiento y se deciden a pelear esta batalla, regresan cada vez más fuertes, hasta que las veo irse sanas a casa. Tú no tengas miedo, ten fe y confianza en los médicos, aquí se da un excelente tratamiento.”
Cinthya comparte que esas palabras la hicieron sentir paz, ya que ella tenía mucho miedo, así que cuando tuvo que iniciar el tratamiento se aferraba al pensamiento positivo y a tener fe, y confianza en el personal de salud.
Se tuvo que someter a varias intervenciones quirúrgicas, pasó momentos duros en lo que vio su cuerpo sufrir cambios drásticos y pasar por momentos de salud complicados.
El jefe de Ginecología en ese entonces, del Hospital General de Zona No. 1, Juan Carlos Estrada, recuerda mucho el caso de Cinthya; le llamó la atención por ser mujer joven y tener un tumor maligno avanzado. “Se detectó justo a tiempo, pero ya estaba avanzado”, comentó el especialista. Destacó que la actitud de la paciente fue lo que le ayudó a enfrentar el proceso y salir victoriosa. “Siempre la vi con muy buena actitud.
Recibió atención en oncología quirúrgica, quimioterapia y radioterapia; una al mes por un año. En diciembre del 2019 fue dada de alta por no presentar actividad cancerígena en su cuerpo.”
Cinthya manifestó que hay un antes y después en su vida, y que jamás imaginaría decir que el cáncer le enseñó a vivir. “Era una persona que no disfrutaba de la vida y no lo sabía, me di cuenta de que vivía por vivir hasta que me dio cáncer, al estar cerca de la muerte valoré mucho la vida, como no sabes si vas a superarlo o no, ahora vivo intensamente los días, valoro más a mis hijos, nunca me dejaron sola.”
“Agradezco a mis doctores y enfermeras, que siempre estuvieron al pendiente de mí; recibí ayuda de quien menos espere, de gente que ni me conoce, me di cuenta de que el personal de salud ama su trabajo, y honran la frase: el que no vive para servir, no sirve para vivir”, finalizó.