Este lunes al medio día, en el segundo patio del museo nacional General Francisco Villa, el periodista Alejandro Almazán sustentó la conferencia El periodismo como herramienta para crear una serie de tv, durante la cual hizo una serie de revelaciones relativas a lo que él denominó la realidad del “Narco Estado en México”, donde aseguró que figuras prominentes del medio criminal como el “Chapo” Guzmán o el “Mayo” Zambada, son simples empleados de toda una maquinaria manejada desde las altas esferas gubernamentales.
El egresados de la carrera de Ciencias Políticas de la UNAN, ante un nutrido público que se dio cita a este sitio del centro histórico citadino a pleno medio día del lunes 9 de diciembre, refirió su aportaciones a producciones televisivas que se difunden actualmente, como Tijuana, cuyo slogan es “la serie que retrata la odisea de hacer periodismo en México”.
A partir de que el también escritor hizo un libro sobre el asunto del narcotráfico y aborda a uno de los personajes más conocido de este medio en México, interesó a los productores de la televisión y su trabajo ha comenzado a dar frutos. Refiere que en buena medida se le ha permitido en estas producciones, reflejar la realidad de esta ámbito criminal del país, aunque no todo, porque por ejemplo, en su trajín reporteril y de investigador a profundidad en el contexto, dio cuenta de que en el terreno de la realidad, Enrique Camarena, el agente de la DEA, a quien en las series se la ha tratado como un ejemplo de honestidad, era un verdadero “hijo de puta”. Afirma que intentó exponerlo como tal, “pero los gringos no quisieron”.
Alejandro Almazán señaló que ha querido mostrar cómo el narcoestado funciona; “que es toda una maquinaria, conducida desde las altas esferas gubernamentales del país, como desde la Secretaría de la Defensa o de Marina, donde los narcos son parte de esa estructura, el “Mayo” Zambada, “El Chapo” Guzmán, los Arellano y todos los que se mencionan son unos pobres diablos, no son lo que los medios hemos creado, simplemente son unos trabajadores más del entorno nacional que gobierna el régimen del narco”.
Al referir la manera cómo está tratando el asunto del gobierno federal de Andrés Manuel López Obrador, citó textual: “No lo sé. Porque Andrés Manuel su estrategia es la paz, su estrategia es no sentarse con los narcos, lo que él está haciendo como normalmente lo hace es estirar la liga. Cuando él dice guácala y fuchila, no se lo está diciendo a la sociedad en general, se lo está diciendo a los narcos y éstos lo están entendiendo”.
Andrés Manuel en este esquema va por la paz y la paz también cuesta, va a costar muchísimos muertos; “creo que lo que está haciendo es que los narcos al final entiendan que ya no necesitan a la estructura militar o por lo menos a la vieja estructura militar o política y judicial. A lo mejor los integrarán a otra estructura, no lo sé, porque el narco al final es toda una maquinaria, pero por lo menos lo que hay hasta ahorita Andrés Manuel dice <yo no me meto>, pero la paz también se trata de eso y quien no lo entienda, se tiene que poner a leer, porque no entienden absolutamente nada”.
Para abundar sobre su labor en las series que ha participado, explica su determinación de no querer más una televisión pendeja, chatarra, de las telenovelas o melodramas que durante décadas ha encantado a los mexicanos. Indica que respeta mucho a Epigmenio Ibarra, pero que no le gusta para nada lo que él hace.
Luego, en más de su periplo periodístico y de investigación, donde además ha tenido que salir huyendo del país por amenazas contra su vida, narra cómo en una de esos periplos por Estados Unidos, vio un narco que parta los mexicanos pasó a mejor vida desde hace años. Pues éste lo llevó a otro y a otros más; “todos quieren contar su historia”, anticipa.
En otra parte de su alocución, Alejandro Almazán afirma que Netflix en efecto, busca historias trascendentes, basadas en hechos reales. En este tenor, ha instado a sus amigos periodistas que también conocen el asunto, empero, la respuesta ha sido un no rotundo. Considera que el ego se impone.
Finalmente afirma que AMLO no va a reñir con el narco, quedó demostrado en Culiacán. Sin embargo, literal sostiene que no es por falta de carácter, sino por mesura y por la idea de proteger al resto de la población. Admite que el gobierno se vio mal al liberar a Ovidio, sin embargo, la acción tiene profundidad y desde ahí hay que verlo. Además, recomienda una autocrítica a la comunidad culichi, que tras el conflicto en cuestión, se quejaba de los hechos, cuando es de todos sabido que la economía en de la capital de Sinaloa, se sustenta precisamente en el narco.