Hace 147 años nació Doroteo Arango Arámbula, mejor conocido como el general Francisco Villa, y en el marco de dicha celebración, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), recuerda el lugar que tienen las fuerzas civiles dentro de las corporaciones de seguridad, de ahí que es a través de una cabalgata como se reconoce el trabajo realizado por los elementos de las Defensas Rurales, quienes también forman parte de las fuerzas armadas.
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Con la participación de más de 50 jinetes de diversas instituciones, la cabalgata arrancó desde el monumento que la ciudad de Durango dedicó al Centauro del Norte, y avanzó por el bulevar que lleva su nombre, hasta llegar al Campo Militar 5 de Mayo.
El comandante de la Décima Zona Militar, Isaac Bravo López, señaló que con este tipo de actividades se visibiliza la participación que tiene la sociedad civil en las fuerzas armadas, pues este grupo de Defensas Rurales, forman parte de ellas sin causar alta en el Ejército Mexicano.
“Forman parte de nosotros a través de un mecanismo de control y esto es lo que hace que tengamos ese vínculo con la población, sobre todo en el área rural que es donde se encuentran”, explicó.
De ahí que constantemente son adiestrados por elementos de la Sedena, hacen el pase de lista, se les lleva la parte administrativa, logística y de registro; aunque los elementos que pertenecen a esta corporación no son integrantes oficialmente de las fuerzas militares, sino que fungen como un brazo de la milicia que opera en la zona rural.
Ataviados con su uniforme azul marino, del que resaltan las insignias colocadas en los brazos y su característica tejana en el mismo tono del resto de su vestimenta, partió el contingente montando a caballo encabezando la cabalgata, y como suele suceder cuando se encuentran en las avenidas de la ciudad, llaman la atención de los transeúntes y automovilistas.
Y es que ellos son quienes la presencia de las fuerzas militares en el área rural, y buscan mantener el orden a través de recorridos a modo de patrullaje pero en lugar de hacerlo en un vehículo con sirena, lo hacen montados a caballo.
De esta manera y acompañados de otras organizaciones civiles como la ecuestre, el contingente avanzó por el bulevar Francisco Villa, para el deleite de quienes los observaban atentos disfrutando un espectáculo que pocas veces se observa en la ciudad y que es más propio del campo.