El suicidio es una línea de investigación que se maneja en la Facultad de Ciencias Químicas -campus Durango- de la Universidad Juárez, a través del Cuerpo Académico “Biología molecular y celular”; un problema actual en el que se deben buscar estrategias para su prevención. El tema es interesante porque, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, durante 2017 en México esta forma de fallecimiento representó el 8.2 por ciento de muertes violentas, mientras que en el estado de Durango fue del 11.2 por ciento.
Luz Idalia Valenzuela García, nacida en el estado de Sinaloa, es egresada de posgrado por la Universidad de Guanajuato y luego de participar en una convocatoria del Programa para el Desarrollo Profesional Docente para el tipo Superior (PRODEP), recibió el apoyo de la Dirección de Posgrado de la Universidad Juárez, que encabeza Jaime Fernández Escárzaga, para lograr una beca y hacer una estancia posdoctoral en la Facultad de Ciencias Químicas, donde llevará a cabo labores de investigación, docencia y gestión de enero a diciembre de este año.
A su llegada a la Universidad Juárez, Valenzuela García se integrará este semestre al CA de “Biología molecular y celular” aplicada a las enfermedades, a cargo de Marcelo Barraza Salas, donde una de sus tareas es identificar polimorfismos asociados a conductas suicidas, así como diferencias epigenéticas y cambios en expresión de genes presentes en la población de Durango.
En este contexto, explica, “… yo participaré en el estudio de polimorfismos y patrones de metilación y expresión de los genes COMT y SKA2, como factores de riesgo con el comportamiento suicida y quiero contribuir de alguna manera para revertirlo, para lo cual desarrollaré un estudio encaminado a la búsqueda de patrones moleculares y genéticos asociados a comportamientos suicidas. Me interesa mucho el conocimiento del área molecular genética y la relación que existe entre esta y los factores ambientales, porque el suicidio es un problema actual, hay que buscar estrategias para prevenirlo…”, comenta.
La doctora en Biología molecular y celular dice tener la certeza de que con su trabajo investigativo ayudará especialmente a Durango al hacer predicciones de prevención, ya que los patrones que inducen al suicidio son heredables, y en este caso lo que se pretende es prevenir a los familiares de un hábito que se puede cambiar o, en su caso, dar tratamientos apropiados. La importancia a nivel molecular es conocer el fondo genético para así, en caso de que haya antecedentes familiares, dar seguimiento con un tratamiento adecuado, reitera.
Destaca que el estado de Durango está situado en el sexto lugar de las entidades federativas con mayor índice de suicidios, el cual es un dato preocupante. Añade que las causas de los suicidios son una suma de factores y el social es el más influyente, e investigaciones indican que existe un fuerte componente genético que confiere susceptibilidad.
Detalla la investigadora que diversos estudios biomédicos en torno al suicidio se han enfocado en el análisis de los receptores, metabolitos y neurotransmisores, como la serotonina y dopamina, moléculas que tienen relación con el estado de ánimo. Se ha reportado la incidencia de polimorfismos en distintos genes asociados con los trastornos psiquiátricos que pueden conducir a suicidio; asimismo, existe evidencia de factores epigenéticos que pueden influir en la susceptibilidad a estas conductas.
Explica que los genes COMT son una enzima que cataliza la transferencia de un grupo metilo de la S-adenosilmetionina a las catecolaminas (dopamina, epinefrina y norepinefrina), lo cual es necesario para la degradación de neurotransmisores en donde se requieren en bajas concentraciones. La metilación de SKA2 se relaciona con reducciones de cortisol en la corteza prefrontal implicadas en control de impulso, regulación de emociones y toma de decisiones, concluye.