“En casa de herrero, cuchillo de palo”, reza el antiguo refrán que queda ad hoc a la llamada Planta de Transferencia, dependencia de Servicios Públicos Municipales, ubicada sobre la carretera a México y cuyos alrededores se encuentran invadidos por grandes basurales que hacen de todo aquello un panorama nada grato a la vista.
Hay que decir que a los fétidos olores con los que Durango le da la bienvenida a los visitantes que llegan a la Perla del Guadiana por esta vía, más en tiempos de calor, debido a que por la zona se encuentra la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales, habremos de añadir la desagradable vista de la acumulación de basura en toda esta amplia zona, que se ve invadida sobre todo de material de desecho de polietileno.
La Planta de Tratamiento, lugar que recibe diariamente un importante número de toneladas de basura que produce la ciudad, es el sitio donde se realiza la clasificación de los residuos y a partir de esta labor, además de acopiar aquellos materiales más útiles para reciclar, también se produce sin control alguno, la salida de miles de bolsas de plástico que impulsadas por el viento, se incrustan luego en árboles y cercos perimetrales, para presentar a quien por ahí pasa un espectáculo en absoluto agradable.
Lejos pues de que la Planta de Tratamiento constituya un signo de limpieza, de la cultura de la reutilización, del reciclaje, su entorno constituye un vergonzoso basural, que habla de la irresponsabilidad de quienes por años han manejado este centro.