Los comedores que se encuentran en el Mercado Gómez Palacio, se preparan en esta temporada de Cuaresma para ofrecer platillos típicos de temporada como: chuales, lentejas, habas, garbanzos, tortas de camarón con nopales, pipián, torrejas, capirotada de piloncillo entre otros, aprovechando que no es comida que se puede encontrar fácilmente en algunos restaurantes.
Sandra Olga Huerta Solano propietaria del comedor “La Popis” con casi 40 años ya dentro del mercado, manifestó que en estos días por la comida que ofrecen se repuntan las ventas, aunque por la pandemia dijo que si ha estado más tranquilo.
Dijo que lo positivo es que la gente busca la comida de cuaresma y ahí tienen un amplio surtido para todos los gustos, reconoció que sus principales clientes son adultos mayores que por pandemia no se sienten muy seguros y quizá prefieren quedarse en casa.
Mencionó que tienen muchos clientes de los municipios, y gente de la capital que acuden cada 7 días a comer. La señora Popis como es conocida en el mercado dijo que hay muchos jóvenes también que van a probar la comida de cuaresma y al final se les sirve lo que más les llama la atención.
También ofrece filete de pescado, sierra frita o a la veracruzana, coctel de camarón, aguachiles, ensalada de nopales, mojarras, chiles rellenos y aguas frescas, comida que se prepara todos los días.
Por su parte la señora María del Carmen Pérez del comedor “Pili”, manifestó que lleva 70 años vendiendo en el mercado, porque desde su bisabuela tenían un puesto de frutas y legumbres en ese mismo sitio, pero hace 30 años ella lo convirtió en comedor porque le gusta cocinar.
Además de los platillos típicos de cuaresma, prepara chicharrón en salsa verde, caldillo, albóndigas, taquitos dorados, milanesas, enchiladas, lentejas y caldos, mucha de la comida la gente se la compra por litros o medios.
Comentó que muchos de sus clientes son provenientes de los municipios, gente que viene a hacer algún trámite o de compras, o trabajadores que igual vienen por cuestiones de su empleo, y personas de algunos ranchos.
Por la pandemia dijo que el año pasado tuvieron que cerraron unos meses, pero ahora los pasillos se siguen viendo solos, aseguró que antes la gente acudía más, y aunque estuvieron vendiendo para llevar no les funcionó, porque la gente lo que necesitaba era un espacio para comer antes o después de sus mandados.
Manifestó que le da gusto que mucha población ya conoce el mercado, pues aunque fueran de la ciudad no entraban o no lo conocían, pero los que entran van recomendando todo lo que pueden encontrar ahí.