Condena la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), el asesinato de los dos padres jesuitas, Javier Campos Morales y Joaquín Mora Salazar, así como el guía de turistas Pedro Eliodoro Palma en Chihuahua, “víctimas de la violencia irracional y dolorosa”, piden al gobierno federal no sólo esclarecer los crímenes, sino poner fin a la impunidad.

“Es urgente construir la paz entre todos; los mexicanos tenemos derecho a vivir en un país seguro”, es parte del comunicado que emitieron a nivel nacional, para replicarlo en cada entidad, y una manera de exigir que los homicidios, tanto de los Jesuitas, el guía de turistas, como el de miles de mexicanos que pierden la vida a consecuencia de la violencia, sean esclarecidos y castigados.

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El llamado enérgico, lo hace el organismo directamente para los gobiernos municipales, estatales y el Gobierno Federal, “para que exista coordinación y se esclarezcan los hechos de violencia, y se castigue a los responsables”, sobre todo se trabaje para lograr las condiciones que permitan a los mexicanos salir de las situaciones de violencia para tener una vida plena, con paz y tranquilidad.

Precisa parte del texto que “las comunidades indígenas y de todo el país, deben dejar de sufrir el creciente acoso por parte de las organizaciones criminales, y de individuos que cobijados en la ausencia de justicia y amparados en la impunidad, asesinan, extorsionan, secuestran y rompen con la paz familiar, social, educativa y económica del país en todas sus regiones”.

La Coparmex reconoce que la construcción de un país seguro, es una tarea que todos, por eso como organismo están en “disposición para proponer y trabajar de la mano con las autoridades de todos los niveles de gobierno para construir juntos la paz que México reclama”.