Aunque persiste el paro de actividades en 15 de las empacadoras que se encuentran instaladas en el estado de Michoacán, esto debido a las condiciones de inseguridad que tienen en la zona, los proveedores de restaurantes han mantenido el precio del limón, informó la presidenta de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados (Canirac), Adriana Porras Zubiría.
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Explicó que todos los restaurantes en Durango y quienes se dedican a la venta de comida, cuentan con sus proveedores locales, por lo que ellos se las arreglan para conseguir el producto, sin que la afectación sea mayor.
“Tenemos buenas alianzas con los proveedores y ellos nos buscan incluso alguna otra especie para no salirnos del presupuesto que tenemos”, comentó la empresaria, quien señaló que en algunos restaurantes han dejado de ofrecer el jugo de naranja dentro de su menú, o hacerlo de concentrado siempre dejándolo claro al cliente, ya que llegó a costar hasta 200 pesos un vaso “ya no es viable”, dijo.
Otro producto en el que también comenzaron a buscar opciones para hacerlo rendir es el aguacate, ya que actualmente se llega a adquirir hasta en 60 pesos el kilogramo, por lo que al igual que el limón, actualmente se busca comprar otro tipo de aguacate para reducir los costos, pues el que estaba en venta ya terminó su temporada.
Además de reducir las mermas “si en algunos lugares ponían mucho limón ya partido, ahora se busca cuidar esa parte porque al fin es desperdicio que no se puede reutilizar”, dijo.
Aunque la mayor parte del limón que llega a los restaurantes de Durango proviene de Michoacán y la zona del Bajío, al ser temporada de limón, Porras Zubiría, aseguró que aunque en momentos como éste se busca traerlo incluso de otros lugares para evitar costos excesivos, de ahí que ha logrado mantenerse a precios aceptables para no subir el costo de lo que se tiene previsto para sus insumos.
“Si hay que darle al cliente lo que quiere, lo que merece y lo que busca, pero también cuidar mucho que no tenga tanto desperdicio”, comentó.
Comentó que el mes de agosto es de los más difíciles para el sector dedicado a la venta de alimentos ya que el inicio de clases ocupa el bolsillo de las familias y la realidad es que acudir a un restaurante no es una actividad de primera necesidad, “nosotros prevemos la situación, ahora en septiembre vamos a tener un evento grande de Canirac para ayudar a todos los restauranteros”, dijo.
Pese a ello no es posible aplicar aumentos a los platillos, de ahí que se sacrifica el margen de utilidad para privilegiar el servicio a un mismo precio, aunque los incrementos a los productos de la canasta básica han ido en aumento desde el inicio del año.