El primer libro que vendió en Durango Jorge Humberto Ochoa Arámbula, tras abrir Librería Ochoa, fue un “Maingot, operaciones abdominales”, por mil 700 pesos a crédito a un reconocido médico duranguense que hoy, a 38 años de historia de este negocio, sigue siendo además de un cliente, un buen amigo.
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Pero, esta librería con impacto local, nacional e internacional, comenzó a escribir su historia incluso antes, específicamente desde el 17 abril del año 1986, cuando las circunstancias llevaron a Jorge Humberto a tomar la oportunidad de viajar a Guadalajara, Jalisco, para incursionar en las ventas de libros, luego de tener la facilidad para vender.
Esto pese a que sus planes eran irse para Alaska, donde se estaban dando contratos por seis meses para cazar, y es que en aquel momento ese era su objetivo.
“Me fui con un amigo de mi papá a Guadalajara a empezar a trabajar en los libros. Me acuerdo de la fecha porque el señor cuando íbamos en la carretera me dijo ‘acuérdate muy bien de esta fecha porque jamás vas a poder salir de los libros, porque éste es un negocio tan noble, tan bueno’. Y de ahí para adelante”, comentó Jorge Humberto Ochoa Arámbula para El Sol de Durango, al contar cómo fue que se impulso esta librería que hoy es la más importante en el estado.
Duró un año en Guadalajara y otro más en Monterrey, apoyando a las ventas; y enseguida volvió a Durango para aperturar un stand que estaba ubicado en el sótano del Hospital General, entre el checador y el anfiteatro.
“Muchos años duré ahí, yo les vendía a todos los doctores pura medicina, y antes los doctores compraban muchísimo. Duré como 10 o 12 años ahí, me salí y empecé a poner sucursales en el Seguro Social, en la misma ubicación, a un lado del checador, luego en el ISSSTE, así duré como 20 años o más”.
El siguiente paso para Librería Ochoa fue establecerse en contra esquina de donde está actualmente, por calle 5 de Febrero. Primero era un local chiquito, pero la visión llevó a Jorge Ochoa a ampliarse rentando un segundo local. Enseguida rentó también la bodega de atrás.
“Algún día la entonces dueña de esta casa (el recinto actual de la librería) se acercó conmigo y me dijo que si le ayudaba a cobrar la renta, porque ella vive en Las Vegas. Le ayudé muchos años. Y ya cuando batallé para cobrar la renta, les ayudé a que se fueran, les pedí el local, y lo dejaron destruido en venganza a que los habían corrido. Y la señora me dijo que lo rentara yo”.
Analizando esta oportunidad que se le puso sobre la mesa, vinieron las editoriales y vieron la posibilidad de ampliar la venta de libros a otros temas y sectores; el espacio daba perfecto para ello.
Se habilitó y para el mismo tiempo un conocido pidió renta de un pequeño espacio para colocar una cafetería al interior del recinto. Mientras, la remodelación del lugar seguía.
“Me dijo mi esposa que era mucho dinero el que se le estaba metiendo a una casa que no era nuestra. Le dije a la dueña que me echaba para atrás, que no seguía yo con el proyecto porque estaba gastando mis ahorros en algo que no es mío”.
La dueña se la ofreció en venta, y aunque pensó que el preció sería muy elevado, finalmente fue alcanzable, “el banco me ayudó mucho y aquí estoy”; la visión y estrategia de Jorge Ochoa han sido parte fundamental para el crecimiento del negocio, pues cabe hacer mención que Durango al no ser un pueblo lector, no es la principal fuente de empleo.
“Si hablamos con la realidad, Durango ocupa uno de los penúltimos lugares en consumo de libros, uno de los últimos lugares en lectores, me hubiera muy mal si yo no salgo en busca de vender. El 95 por ciento de las ventas que tenemos en esta librería es de fuera. (…) Yo salgo muchísimo, Durango no es mi fuente principal de negocio”.
Actualmente Librería Ochoa tiene concesiones especiales y exclusividades nacionales. Aunado a ello, en diciembre del año pasado, Ochoa Arámbula fue nombrado al mérito librero 2023, como el mejor librero de todo México.