Conoce la historia de San Manuel Morales, uno de los santos mártires

Sus últimas palabras quedaron marcadas en la historia, pues mientras el Cura Batis pidió que dejaran libre a Manuel, pues tenía familia, éste respondió: “Señor Cura, yo muero, pero Dios no muere. El cuidará de mi esposa y de mis hijos”

Perla Rodríguez Contreras | El Sol de Durango

  · viernes 9 de febrero de 2024

Sus últimas palabras quedaron marcadas en la historia, pues mientras el Cura Batis pidió que dejaran libre a Manuel, pues tenía familia, éste respondió: “Señor Cura, yo muero, pero Dios no muere. El cuidará de mi esposa y de mis hijos” | Foto: Arquidiócesis de Durango

Hace 98 años, el 15 de agosto de 1926, en el entonces llamado Puerto de Santa Teresa, fueron sacrificados varios hombres, algunos sacerdotes, en medio de la persecución Cristera; ese lugar se localiza en Chalchihuites, Zacatecas, y hoy es conocido como Los Santos Lugares.

Las víctimas hoy en día son consideradas como los santos mártires; una de ellas es Manuel Morales, zacatecano nacido el 8 de febrero de 1898, hace exactamente 126 años. Según los datos históricos que incluso refiere la Arquidiócesis de Durango, nació en Mesillas, Zacatecas.

  • “Cristiano de una pieza, esposo fiel, padre cariñoso con sus tres pequeños hijos, trabajador cumplido, laico comprometido en el apostolado de su parroquia y de intensa vida espiritual alimentada con la Eucaristía”, se lee en la página web de la Arquidiócesis de Durango, donde explican quién fue este mártir.

Y se abunda que era un miembro de la Acción Católica de la Juventud Mexicana y presidente de la Liga Nacional Defensora de la Libertad Religiosa.

La historia tan solo unas horas antes de ser asesinado indica que precisamente ese 15 de agosto de 1926, tras darse cuenta de la prisión del Cura Batis, Manuel Morales se movilizó para ir a pedir que lo liberaran.


Él reunió a un grupo de jóvenes, pero para ese momento la tropa también se presentó ante él, y se escuchó lo siguiente:

“¡Manuel Morales!”, y tras dar un paso hacia adelante, Manuel respondió: “Yo soy. A sus órdenes”. Enseguida de ello comenzaron a insultarlo y golpearlo.

Así, junto al Cura Batis, fue llevado hacía las afueras de la ciudad. En el transcurso, el sacerdote Batis pedía que le perdonaran la vida a Manuel Morales, pues él tenía su familia.

A lo que el mártir Manuel respondió: “Señor Cura, yo muero, pero Dios no muere. El cuidará de mi esposa y de mis hijos”, enseguida, exclamó: “¡Viva Cristo Rey y la Virgen de Guadalupe!”.