Conoce la historia del “charco del ahogado” en el Arroyo Seco

Tobias, alias “el mariguano”, siempre contaba de una mujer a la cual había visto muchas veces, en el famoso "charco del ahogado"

Perla Rodríguez | El Sol de Durango

  · viernes 17 de noviembre de 2023

Tobias, alias “el mariguano”, siempre contaba de una mujer a la cual había visto muchas veces, en el famoso "charco del ahogado" | Foto: Cortesía

En su libro Leyendas y Relatos del Durango Antiguo, tercera parte, Manuel Lozoya Cigarroa, incluye su leyenda “El charco del ahogado”, del cual aseguran que es una realidad y que incluso se encuentra sobre el lecho del Arroyo Seco. Se trata de un depósito de agua que también es llamado el Arroyo del Gobernador, y el cual se formó hace muchos años.

Retoma la historia de Tobias, alias “el mariguano”, a quien llamaban loco y nadie se acercaba, un hombre que molestaba a nadie, era amante de los animales y les decía hermanos. Tobías escapaba de la presencia humana y deambulaba solitario. A Tobías se le veía caminar por Los Remedios, Saltito, Garabitos, Morga, Cerro de Mercado, etc. Siempre contaba de una mujer a la cual había visto muchas veces. Tobías cuenta que solía ver a una mujer en el denominado “charco del ahogado”, quien lo impactó con su belleza de pies a cabeza.

Tobias, alias “el mariguano”, siempre contaba de una mujer a la cual había visto muchas veces, en el famoso "charco del ahogado" | Foto: Cortesía

“La vi una noche de luna, totalmente desnuda, sentada sobre el barranco milenario que constituye la ribera del río. Su piel es blanca como las azucenas silvestres y su cabellera rubia como los rayos del sol. Ella me miró fijamente a la cara, como queriendo entregarme el misterio de su existencia. Me enajenó su hermosura, me enloqueció su sexo y quise tocarla, hacerla mía, cuando desapareció sobre la superficie de las quietas aguar del hondable, dejándome solamente la fantasía de su recuerdo”, comienza esta historia donde una presunta mujer es parte del reparto de personajes.

El hombre que narra las primeras líneas señala que obsesionado por su recuerdo buscó nuevamente a aquella mujer, en el mismo sitio y precisamente la encontró recostada sobre el barranco, tomando los candentes rayos del sol en aquella mañana de verano.

“No la inmutó mi presencia y me miró a la cara. Sentí que algo me quería decir con su sonrisa dulce y agradable. Yo la miraba desconcertado, con miedo y curiosidad, emocionado de su hermosura y su sexo, pero sorprendido de su inexplicable presencia. Cuando quise tocarla, ella sonrió, dio sin precipitación un paso sobre la superficie del agua y se perdió en la profundidad del charco”.

Tobias, alias “el mariguano”, siempre contaba de una mujer a la cual había visto muchas veces, en el famoso "charco del ahogado" | Foto: Cortesía

Pensó aquel hombre que todo era un sueño que curiosamente se repetía como el ocurrido la noche anterior, que era una alucinación consecuencia de sus andares solitarios.

Y es que decía ser un hombre que se alimentaba de la caridad pública y que incluso todos llamaban loco porque se alejaba del contacto de todo humano; se acerca a otras personas solamente cuando la naturaleza le niega el sustento.

“Soy feliz en mi aislamiento porque vivo en absoluta libertad, que es el don más preciado y sublime de los seres y el valor universal más caro y costoso para el hombre cuando desea adquirirla. No tengo casa ni vestido, vivo en las cavernas que me dan abrigo y cubro mi cuerpo con ropa usada que me obsequian algunas personas de buena voluntad”.

Continuó entonces explicando que “el charco del ahogado” es una realidad y en éste vive la hermosa mujer que al inicio describe, y a quien describe como la reina del agua o la hija de la luna, o el sol. Y se mira a ciertas horas del día o de la noche.


“Ella ha sido la causa que tantas personas hayan muerto ahogadas en el hondable donde no se le conoce el fondo, porque cuando la miran se tiran al agua para darle alcance y no vuelven a salir”.

Respecto a Tobías nadie supo nunca por qué su conducta antisocial, y finalmente fue encontrado muerto en una cueva solitaria.

  • En tanto, sobre el “charco del ahogado” se conoce que se trata de un lugar a 500 metros al oeste de la carretera Durango-Mazatlán, y de ahí se cuentan cientos de historias de hombres que han muerto.

Dicen algunos que por la noche se escuchan ruidos de pasos sobe la orilla del río, así como voces de personas o cantos agradables e ininteligibles que arrullan y obligan a quedarse dormidos.

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