“Adolecemos todos como pueblo de la inseguridad”, señaló el nuevo presidente de la Asociación Mexicana de Industriales de la Maquinaria Pesada en el estado, Fernando Castro, quien aseguró que si bien en Durango no se han reportado hasta el momento robos de maquinaria, o amenazas por parte de grupos criminales para dejar una zona, se han tenido que valer de otras estrategias para continuar con la construcción de una obra.
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Afirmó que por su actividad, a veces es necesario trasladarse a zonas colindantes con estados en conflicto como Sinaloa y en su momento lo fue también Zacatecas, pues la construcción es una actividad itinerante, de ahí que se han tenido que procurar una relación de amistad y colaboración con los habitantes para trabajar con tranquilidad y generar un ambiente de armonía para realizar su trabajo sin contratiempos.
“Hacemos amistad con la gente de los pueblos y colaboramos con quien nos pida apoyo, porque eso se requiere para vivir en armonía”, dijo el empresario al detallar que ellos desconocen la actividad a la que se dedican con quienes llegan a tratar en los pueblos, sin embargo si se solicita alguna ayuda y ellos pueden apoyarlos, sin duda se les presta la atención.
Informó que en los próximos meses arrancarán los trabajos de conservación de las carreteras, en diferentes lugares y sobre todo colindancias con otros estados; esto significa que las constructoras deberán mantener a su equipo de trabajo en una región durante seis meses. Actualmente hay dos empresas que ya se encuentran trabajando en regiones alejadas.
No obstante descartó la existencia de amenazas por parte de los habitantes de los pueblos a los que acuden a trabajar, pues afirmó que de acuerdo con testimonios de sus compañeros constructores, en Durango no se tiene el nivel de inseguridad que se presenta en otros estados.
Pese a ello, afirmó que algunos constructores prefieren rechazar trabajos para moverse a estas zonas consideradas como focos rojos debido a los acontecimientos suscitados, como es el caso de Sinaloa, sin embargo hay otros que debido a la falta de oportunidades en la capital del estado, lo aceptan pese a las condiciones a las que saben podrían enfrentarse.
“Es el riesgo o la fe, es decir, antes del cien por ciento que participábamos en lugares peligrosos, ahora solo vamos la mitad”, dijo el empresario duranguense, pues prefieren mantenerse al margen y tratar de buscar obra en un lugar que garantice la estabilidad y la paz para sus trabajadores.