La popular danza Vikingos, que llama la atención por su amplio número de participantes y sus elaboradas vestimentas, surgió en el año 1972 por idea del señor Lucino Chavira, quien se propuso en hacer algo diferente a todo al resto de las danzas. Este 11 de diciembre cumplen sus 51 años de historia.
“Él quiso hacer algo diferente, lo logró, y miren, hasta ahorita estamos en el top uno. Mi papá empezó con 20 integrantes aproximadamente, y ahorita la verdad es que traemos casi las 400 personas; hay un bebé de tres meses que ya es parte, ahí lo trae la mamá”, declaró Humberto Chavira, monarca de la danza Vikingos e hijo de quien inició con esta tradición.
Refiere que es una familia muy grande, e incluso hay quienes se conocen en esta danza, y termina formándose otra familia; luego los hijos también van formando parte.
La historia comenzó en la colonia Villa de Guadalupe, donde siguen pisando fuerte. La dinámica de esta danza es que comienzan en octubre con los ensayos, que es cuando arranca el mayor número de rosarios, con San Judas Tadeo. Descansan y alrededor del 24 de noviembre se reactivan con una participación de hasta cuatro peregrinaciones diarias, incluyendo rosarios.
Araceli García, integrante de la danza Vikingos, narra que también sus hijos forman parte, y es que se trata de toda una tradición. “Es herencia vikinga, el monarca es mi esposo y mis hijos desde pequeños han pertenecido”.
Estar en una danza es tener muchas horas para dedicarlas a los eventos que van surgiendo, pero asegura que las ganas, el gusto y la fe los motivan; y reconoció que llaman mucho la atención de la gente por sus vestimentas muy producidas.
Integrantes ponen su corazón en la danza
Jorge Salas, integrante de danza Vikingos, contó que desde niño su ilusión era formar parte de este grupo, y finalmente se le cumplió. “Pasaron los años y no me animaba, hasta que por fin hace seis años empecé esta bonita tradición, y es muy bonita, ya que se me hizo el sueño realidad de estar en la mejor danza de Durango”.
Él mismo hizo su vestimenta para la danza, y se dio ideas de lo que usaban sus compañeros. “Me empecé a dar ideas, quise hacer algo parecido. Empecé de a poquito, y con el paso de los años voy aumentándole cosas al traje, y ponerle creatividad”.
En su vestimenta le ha invertido alrededor de ocho mil pesos, “conforme van pasando los años le invierte uno más cosas”.
Mario Alberto llegó a esta danza en el 2000, cuando tenía apenas 13 años, y desde entonces ha sentido orgullo de pertenecer a ella.
“Desde chiquito fue mi ilusión estar en esta danza y tuve la oportunidad, se me dio, y adelante, aquí seguimos echándole ganas”.
Mario Alberto contó que se va preparando con tiempo con su vestimenta, a la cual también le va a agregando detalles cada año; desde junio o julio prioriza sus gastos, pues también se le invierte.
“Depende de cada quien, pero el mío, al que cada año le meto algo, lleva invertido entre 15 y 20 mil pesos en lo que lleva a lo largo de 23 años”.
Los elementos que portan son casco vikingo, hacha, cuerno, escudo, botas; todo hecho por ellos mismos, a su gusto.
¿Qué necesita una persona para formar parte de la danza?
“Lo primero que les pedimos es ganas, respeto hacía la misma gente de nosotros, y ya entramos a lo que son los ensayos”, declaró Chavira, quien asegura que una vez que llegan, ya no quieren irse y por el contrario van acercándose a sus familias.
“Las ganas, querer pertenecer, venir a ensayar y formar parte de, con la fe que tengan”, dijo por su parte Araceli, quien abundó en que también cada una de las personas va imprimiendo su ingenio y creatividad en sus vestuarios.
Protocolos de seguridad
Danza Vikingos está bien organizada, e incluso cuentan con tres ambulancias particulares, mismas que acuden a cada una de las participaciones del grupo, y se mantienen pendientes por si alguien llega a requerir algún tipo de atención.
“En cada rosario siempre están al pendiente, y no nada más de la danza, lo más bonito es que se apoya también a los integrantes de otras danzas que llegan a requerirlo”.
También Humberto Chavira cuenta con un asistente personal para brindar atención a quienes así lo soliciten, además infinidad de gente que colabora; “en la danza Vikingos todos son bien recibidos”.
Juan Manuel González Flores, asistente personal del Monarca, con 51 años participando en la Danza, cuenta que su trabajo es diverso, pues además de seguir el recorrido de las danzas en el caso de peregrinaciones, también se encarga de brindar atención a todos aquellos que se acercan.
“Mi labor es andar por todos lados, todo lo que diga el monarca, tengo que andar moviéndome, es una tarea muy importante. Para mí es un orgullo, ya voy a cumplir 65 años de edad, y todavía aquí ando caminando. La Virgen de Guadalupe es una manda que yo tengo, que hasta que yo pueda aquí voy a estar”.
Después de un mes de mucho trabajo…
Humberto Chavira contó para El Sol de Durango que por cada intervención tienen un cobro, el cual se va reuniendo y al final, cuando termina la mayor afluencia de trabajo por rosarios y peregrinaciones, organizan una gran posada para todos.