Miles de danzantes se preparan cada año en Durango, para venerar y dar gracias a la Virgen de Guadalupe, no solo en su día, el 12 de diciembre, sino días previos, pues es una tradición que acudan con peregrinaciones y danzas al Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en la capital de Durango, y lo único que se necesita para poder unirse a uno de los tantos grupos de danza que hay, es tener fe y compromiso.
De sus 37 años de edad, Dante Hernández lleva 27 danzando, es Monarca de la Danza San Martín Indios, de la colonia San Martín, comenzó a hacerlo desde los 10 años y no ha parado. Ahora debe cumplir una manda, porque le pidió a la Virgen de Guadalupe mejoría para su hijo que tuvo un problema de salud, y al cumplirse la petición, le toca sostener su promesa de seguir danzando.
“Se siente bonito venir a visitarla, se enchina la piel”, expresó en una pausa mientras detallaba que en su danza son 55 personas de diferentes edades, hay pequeños desde los cuatro años que se colocan al centro; hasta adolescentes, jóvenes y adultos como tamboreros, brujos y danzantes, todos contentos por venerar a la Virgen, pero también porque el 05 de diciembre es el aniversario de la colonia, y realizan su peregrinación. A veces los contratan para rosarios, tienen cuenta de Facebook para contrataciones y mantas con un número de celular.
Gabriela Alba, de 20 años, cumple 9 danzando en el grupo Danza San Martín, es Auxiliar, y desde pequeña la presentaron con su traje, pero se integró al grupo hasta los 11 años, y es que esta es una tradición que se mantiene entre la familia, por eso la apoyan, su mamá y tías fueron danzantes y conocen bien al Monarca.
Por propia convicción, comenta “yo danzo para darle gracias a la Virgen de Guadalupe, porque tengo fe en ella, me ha protegido hasta el momento, y le agradezco por lo que me ha dado durante el año, lo hago con mucho respeto y voy a seguir en la danza hasta que ya no pueda hacerlo”. Todo el que quiera puede integrarse, solo debe tener mucha fe", indicó.
En el caso de Elisa Galeana, de 25 años, se interesó en pertenecer a una danza desde pequeña porque veía a los danzantes cada año con mucha emoción y se escapaba algunas veces para ver a una amiga danzar, pero fue hasta que cumplió los 18 años que se pudo integrar, ahora es parte de la Danza San Martín.
“Me da tranquilidad, y llegando a la iglesia es una felicidad muy bonita”, expresó al terminar su peregrinación en el Santuario de Guadalupe. Comentó que seguirá danzando mientras pueda, sentimiento que comparte con la mayoría de sus compañeros
Para Giovanni Sifuentes de 33 años, tercer Monarca de la Danza de Palma San Martín a la que pertenece desde hace 16, al igual que el resto, su pasión nació desde niño, cuando veía a los amigos y conocidos más grandes danzar, fue ahí que descubrió que quería ser parte del grupo, luego comenzó como danzante de fila.
"Es una sensación indescriptible, desde que escuchas un tambor, o preparas las cosas, la palma, la sonaja, para mi significa felicidad”, incluso comentó que al momento de la danza se le olvidan sus problemas, y todo lo que trae en la mente.
Asegura que solo se requiere mucha fe y disciplina para estar dentro, y aunque del grupo durante el resto del año cada quien se dedica a sus actividades de escuela, trabajo o el hogar, al momento de que se juntan dejan atrás el cansancio y la rutina diaria, para demostrarle a Dios y a la Virgen su devoción. Contó que la Danza San Martín tiene 41 años de existencia, y está integrada por 80 personas que hacen todo lo posible por estar ahí y cumplir.
En general para los danzantes los días más importantes son el 9, 10, 11 y 12 de diciembre, sobre todo el 11, que es cuando se reúnen todas las danzas para dar las mañanitas a la Virgen de Guadalupe y se vive una gran emoción entre danzantes, peregrinos y toda las personas que se reúnen para la celebración.