Este tiempo de confinamiento por la situación peculiar que vivimos es una oportunidad para preguntarnos sobre nuestra fe y nuestras convicciones. Si es que realmente hemos entendido y aceptado el mensaje de Jesús, o solamente nos preocupamos por las realidades transitorias y utilizamos la fe para solicitar el favor de la divinidad, así lo señaló en su homilía dominical el Arzobispo de Durango.
Durante la celebración eucarística transmitida a través del Canal 12 desde la capellanía de María Auxiliadora en la colonia Juan de la Barrera de esta capital, monseñor Faustino Armendáriz Jiménez hizo referencia a la Ascensión de Jesucristo a los cielos, previo a la gran fiesta de Pentecostés que será el domingo próximo.
Destacó que cuando la fe no ha madurado, la esperanza en Dios es similar a quien espera ingenuamente que el gobierno haga que por arte de magia los pueblos progresen. Una fe infantil nos lleva a ser dependientes de falsas expectativas, nos hace vivir en un asistencialismo espiritual que justifica nuestra falta de compromiso y responsabilidad.
Si realmente creemos en el Resucitado debemos cumplir su misión siguiendo los pasos de Jesús y adoptando sus actitudes, refiere la Biblia en Mateo capítulo 9 versículos 35 y 36). No sólo quedarnos mirando al cielo. Jesús, siendo el Señor, se hizo servidor y obediente hasta la muerte de cruz, se lee en Filipenses capítulo 2 versículo 8, destacó en su mensaje el pastor.