Durante el 2020 se registraron 27 mil 752 quejas en todo el país contra los despachos de cobranza que utilizan las instituciones financieras, y la principal causa de queja fue la gestión de cobranza para una persona sin ser el usuario o socio deudor, con un 15% del total.
El delegado de Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) en Durango, Mario Alvidrez Cordero, manifestó que durante esta cuesta de enero es importante saber lo que pueden y no pueden hacer los despachos de cobranza al momento de realizar una gestión de cobro a un crédito o financiamiento.
Fue de enero a diciembre de 2020, que se presentaron 27 mil 752 quejas a través del Registro de Despachos de Cobranza (Redeco), siendo un total de 114 mil 887 causas, 16 mil 151 quejosos, y 395 instituciones financieras, principalmente bancos.
Entre las principales causas de queja en contra de los agentes de cobranza al momento de realizar la gestión de cobro se destacó la cobranza sin ser el usuario o deudor con 17 mil 252, lo que corresponde al 15% del total, y un 13.88% cuando el agente amenazó, ofendió o intimidó al deudor, familiares, compañeros de trabajo o cualquier otra persona que no tenía relación con la deuda.
Dirigirse al deudor de manera respetuosa, presentarse o comunicarse en un horario de 7:00 de la mañana a 22:00 horas, documentar por escrito con el deudor el acuerdo de pago, negociación o reestructuración y pagos sólo a la institución financiera que otorgó el crédito; son algunos deberes que los despachos de cobranza deben respetar.
No deben utilizar nombres o denominaciones que se asemejen a las de instituciones públicas, utilizar números de teléfono ocultos, amenazar, ofender o intimidar al deudor, sus familiares, compañeros de trabajo o cualquier otra persona que no tenga relación con la deuda.
Cualquier persona puede presentar su queja en contra de las instituciones financieras a través del Redeco, y posteriormente consultar el seguimiento.
La Condusef recomendó que en caso de adeudo, es necesario ponerse en contacto con la institución financiera con la que se adquirió la deuda para conocer las opciones que tiene para liquidarla.