Luego de encontrarse 16 restos humanos del siglo séptimo después de Cristo en la última excavación en la Casa Colorada de la Ferrería, se proseguirá con el trabajo, para tratar de identificar como era la interacción de las personas que habitaban en el lugar, afirmó la arqueóloga Cinthya Isabel Vidal Aldana, del centro del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), responsable de la zona arqueológica de la Ferretería en Durango.
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Informó que por parte del centro INAH Durango se lleva a cabo el proyecto integral de la zona arqueológica de la Ferrería, que se inició en el año 2019, abocado a identificar el proyecto social de la zona, para conocer quienes vivieron ahí, la interacción que tenían con el medio en el que vivían, y que se podía saber de la gente que habitó en el lugar.
Esta es la única zona arqueológica abierta al público en el estado, y el estudio de los restos óseos encontrados ahí, puede dar la más clara pista a los cuestionamientos sobre cómo se vivió hace siglos en el lugar.
Comentó que el hallazgo del contexto funerario empezó en 2021, se ha identificado que el lugar era una plaza, un área abierta y luego un conjunto de habitaciones, en esta excavación en particular se tuvo una pausa y se reanudó en 2023 y hasta el momento se han encontrado 16 restos óseos, de éstos seis son de niños.
“Lo que nos llamó la atención del hallazgo es que los restos no estaban dentro de una construcción, sino a un área de 80 metros, casi todos los enterramientos que había en el sitio fueron encontrados dentro de habitaciones”, dijo.
Añadió que la idea de los panteones llega a México en la época colonial, antes la gente inhumaba a sus muertos debajo de sus casas, y la Ferrería no es la excepción, lo que llama la atención es que se trate de un depósito tan grande, son muchas personas depositadas en un espacio pequeño.
Se estudian varias hipótesis de la forma en la que se encontraron los cuerpos, primeramente que el sitio fue habitado entre el año 600 y 1350 después de Cristo, y el área que se está trabajando corresponde entre el año 600 y 950, lo que llama la atención es que tres individuos están colocados de manera sedente, están sentados abrazando sus piernas y mirando hacia el oriente.
Asimismo, otros dos cuerpos adultos presentan modificación de cráneo, característica que si bien existía en la época prehispánica, las que se tenían eran de tipo “tabular erecta” de forma aplanada hacia arriba, y en este caso los cráneos presentan modificación “bilobada” es decir en forma de corazón.
“Tenemos varias hipótesis que se están estudiando respecto al hallazgo, creemos que todas estas personas formaron parte de una ofrenda de inicio de construcción, es decir, que a la hora de construir la plaza se depositaron estos cuerpos a manera de ofrenda por inicio de construcción, otra hipótesis es que éstas personas que se colocaron sentadas se hizo la manera de ofrenda como para resguardar el espacio, que están custodiando el lugar", dijo.
De todos los restos encontrados, seis son de niños de los cero a los 11 años, y los adultos casi todos entre los 30 y 40 años de edad, y hay masculinos y femeninos.
En 2021 inició la excavación con un equipo de análisis de cinco personas y en el reinicio de 11 personas, entre excavación y análisis, incluyendo profesores y estudiantes de las licenciaturas de antropología y arqueología de la Escuela de Antropología del Norte de México, para el estudio de los restos ocios se tuvo la colaboración de investigadoras del Centro INAH Sonora y de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).