En los años 90, la doctora Iris Romero Marcollini llegó al estado de Durango impulsada por un llamado misional de su religión desde Buenos Aires, Argentina. Y lo que comenzó como un servicio voluntario en las remotas tierras de la sierra duranguense, pronto se transformó en un viaje de amor y arraigo que perdura hasta el día de hoy.
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"Al inicio fue un lugar desconocido, pero que hice de forma voluntaria con mucho amor, aquí conocí a mi esposo", indicó par este medio. Y es que lo que inicialmente fue un compromiso temporal pronto se transformó en un proyecto de vida cuando encontró el amor en un duranguense y decidió establecerse en esta tierra desde hace 34 años.
Mientras la argentina realizaba su voluntariado conoció a su esposo, quien flechado por su belleza y gran personalidad le pidió quedarse en Durango, a lo que ella contestó: “si me quedo tendremos que casarnos por la ley” , y así fue, él no dudo ni un minuto en contraer nupcias por todas las leyes.
Su ahora esposo, así como sus amigos y la familia que ha formado en la entidad han sido un pilar muy importante en su vida, pues la han acompañado durante sus momentos más importantes, tal es el caso de la presentación de su nuevo libro "Dor Maemuki, Añoranza Positiva"
“Su gente es mi gente, yo no me considero una escritora Argentina- Mexicana sino México-Argentina”, aseguró entre sonrisas.
El pasado 5 de junio, en el Instituto de Bellas Artes de la Universidad Juárez del Estado de Durango (UJED), presentó su libro titulado "Dor Maemuki, Añoranza Positiva". Esta obra es una recopilación de experiencias y desafíos enfrentados por la doctora Romero desde su llegada a Durango, además funge como testimonio de sus aprendizajes al manejar sus emociones y superar el desafío del desarraigo como inmigrante.
"Conozco mucho de Durango, sus calles, su comida típica, su cultura y sus tradiciones. Amo este lugar tanto que me considero más mexica-argentina que argentina-mexicana", expresó con cariño, además destacó su profundo vínculo con la comunidad y la tierra que la acogió generosamente.
Motivada por compartir su filosofía de "Dor Maemuki, Añoranza Positiva", Iris no solo ha escrito un libro también imparte su enseñanza a través de diversas redes sociales como Facebook, Youtube y TikTok, donde guía a otros en el manejo de sus emociones y la búsqueda de la paz interior.
"Para mí, lo más valioso de Durango son las personas y la familia que he formado aquí", subrayó con gratitud. Su historia es un testimonio viviente de cómo el amor y la comunidad pueden transformar vidas, trascendiendo fronteras y culturas.
Iris Romero Marcollini no solo encontró un hogar en Durango, también descubrió su propósito de vida, ayudar a otros a encontrar la tranquilidad emocional a través de su experiencia y enseñanzas. Su historia es un recordatorio inspirador de que, a veces, el destino nos lleva a lugares inesperados donde encontramos nuestro verdadero hogar.