Dicen que la palabra loco o loca, no es la mejor opción para referirse a una persona que enfrenta problemas de salud mental, pero sí ha sido muy utilizada por Diana Ríos, quien en medio de su locura causada por un medicamento que la llevó a dos episodios de manía, y tras no poder dormir toda una noche, aterrizó su idea y creó formalmente el denominado El Proyecto Loco de Diana. El cual hoy cuenta con miles de seguidores en las redes sociales, y un ejército de ciudadanos e instancias listas para apoyar a quienes enfrentan un conflicto.
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A través de este proyecto hoy en día se impacta en decenas de familia en materia de salud, educación, alimentación, vivienda. Esto desde el 1 de julio del año 2020, fecha que se especifica en el acta constitutiva de esta asociación, aunque el 9 de junio comenzó la idea y el trabajo. ¡Ya son cuatro años!.
La vocación de apoyar viene desde que una persona nace, consideró la presidenta fundadora de El Proyecto Loco de Diana, Diana Ríos, quien explicó que su mamá desde siempre le enseñó el ayudar a los demás.
“Íbamos y repartíamos chocomilk con pan a los niños que estaban vendiendo periódicos, era muy gratificante ver sus caritas, y ahí le agarré el amor. Creciendo igual a quien podía ayudar”, expresó.
Enseguida, ya casada, con tres hijas, e incluso con dos negocios: un salón de fiestas y una tienda de tenis, el destino la fue guiando para llegar a la oportunidad de poder brindar apoyo a otros.
“Yo me volqué a ayudar, deje mi negocio, mi esposo me ha ayudado infinitamente, gracias a eso es que puedo ayudar”.
Llegó el momento en que María Teresa, directora de la Escuela Primaria 21 de Marzo, la invitó a ser madrina para un comedor que surgió y se gestionó desde esta institución, derivado de la necesidad en que se detectaron alrededor de 40 niños, quienes prácticamente no hacían sus comidas. Al final en este comedor se les alimentaba, y en muchos de ellos era lo único que recibían durante el día.
Se invitó a más y más madrinas; “éramos 10 u 11 amigas que aportábamos 100 pesos al mes, una cantidad muy pequeña, y la directora con eso le hacía de comer a todos, todos los días de lunes a viernes”.
Pero, llegó la pandemia del COVID-19, mismo que generó un confinamiento y cambio radical en la rutina, pero también el repunte de necesidades entre las familias duranguenses. “Éste es el preámbulo de la asociación, es todo lo que hacíamos”.
Su idea fue despuntando, así se lo fue demandando la amplia necesidad ciudadana. Sus primeras intenciones eran para atender familia por familia, a fin de ayudarla a sobresalir por sus propios medios, y es que detectaba problemáticas en diversos aspectos, incluso en materia de trámites para registrar a los hijos, que no sabían leer y escribir.
“Dije yo ‘vamos a empezar’, una familia a la vez, esa era mi idea”, expresó Diana, quien así inició con su proyecto loco, al cual llegan muchos con múltiples necesidades, y según detalla, todos se van satisfechos, “hacemos hasta lo imposible por lograrlo”.
El Proyecto Loco de Diana es una gran cadena de amor que ha crecido, se ha solventado y está debidamente consolidada.
“Yo últimamente veo mucho de ‘si fueras millonario ¿a quién ayudarías?, pero no tienes que ser millonario, ni siquiera debes tener una posición como funcionario, obviamente si lo tienes, que padre. Es algo satisfactorio que puedo demostrar que no tienes que ser millonario para apoyar”.