La Dirección de Servicios Regionales de la Secretaría de Educación en el Estado de Durango (SEED), es la encargada de distribuir los más de 3 millones de libros de texto gratuitos en las escuelas de educación básica de todo el estado, desde las cabeceras municipales hasta las localidades más alejadas, y aunque a esta fecha la entrega está completa, lleva todo un proceso detrás.
Noel Flores Reyes, titular de dicha área, comentó que son cerca de 30 días en los que se realiza todo el proceso de entrega, tarea que definitivamente no es fácil ya que durante el mes de septiembre, fecha que coincide con la temporada de lluvias, y para llegar a las comunidades más lejanas se vuelve complicado circular por caminos de terracería.
Son equipos de brigadistas los que llevan a cabo la operatividad de la entrega, desde el almacén central en Durango, hasta llegar a las manos de los niños, por lo que el camino es largo para aquellas personas quienes tienen que superar diferentes obstáculos en las condiciones más adversas, incluidos cambios de temperaturas, desperfectos de las unidades, y el viaje de hasta 14 horas para cumplir con la entrega.
“Siempre le pido a mis equipos que permanezcan en constante comunicación, que vayan avisando cómo van, y si todo va marchando bien, pero para todos es un orgullo poder llevarles a los niños ese libro que va a cambiarles la vida”, expresó Flores Reyes. Las brigadas deben irse totalmente preparadas con bidones de gasolina, refacciones, cobijas y todo lo necesario para lo que puedan encontrar en el camino.
Siempre se les pide que sean prudentes, que extremen las medidas de seguridad, porque es toda una aventura, sabemos a qué hora van a salir, pero no lo que van a vivir, ni la hora en la que van a regresar.
Maribel Patiño Rodríguez es jefa de la coordinación de las brigadas y quien encabeza las entregas, “en esta ocasión nos quedamos varados en la comunidad Maíz Gordo para subir a otra, que es la Ventana, 15 gentes nos tuvieron que sacar con un lazo, cargada la camioneta con libros y además nos dieron de cenar”, contó.
Para poder llegar a la zona indígena se tiene que salir desde las 5:00 de la mañana desde la ciudad de Durango, para llegar a la comunidad Mimbres, de ahí se reparten a la Ventana y Tierras Coloradas, son unas 12 horas por un camino de terracería, para llegar a San Francisco de Lajas son 14 horas.
Dijo que la mayor satisfacción que les queda es ver la cara de los niños cuando reciben sus libros, sobre todo en zonas donde no hay internet, ni luz, entonces de inmediato empiezan a hojear sus libros y se ponen contentos porque junto con su paquete de útiles escolares saben que ya tienen lo necesario para aprender.
Otra de las cosas que le llama la atención es que la gente en las comunidades siempre es muy amable y generosa, incluso algunos padres de familia los invitan a comer, frijoles con tortillas recién hechas, lo destacable es que lo hacen de corazón, a pesar de que apenas tienen lo suficiente para su familia.
Por su parte los maestros rurales siempre agradecen la llegada de esta herramienta y sobre todo que se les acerque lo suficiente, una entrega directa, “además de que los muchachos de las comunidades, siempre esperan ver gente nueva, para ver qué les llevas, se acercan a ayudarnos”.
En La Lagunita de Lajas, el maestro de la escuela nos dijo, “yo quiero que ustedes entreguen los libros”, y para nosotros fue muy agradable ver la emoción de los niños, y uno me comentó del libro de 5to. grado el Atlas “oiga y ese grandote donde lo voy a guardar”, y lo empezó a hojear, “viendo esas caritas, me voy más que por bien servida”, comentó Patiño Rodríguez.
Desde el ciclo pasado es cuando comenzaron directamente con la entrega en la zona indígena, ya que anteriormente tenían que acudir al almacén a recogerlos, pero además llega todo completo, porque dejar a un niño sin libros no debe pasar.