Por secuestro agravado, feminicidio, homicidio, violación y lesiones agravadas; son los delitos por los que 11 jóvenes de entre 14 y 18 años se encuentran internados en el Centro de Reinserción y Tratamiento para Menores Infractores (CERTMI), así lo dio a conocer la directora Gabriela Avelar Villegas, quien señaló que quienes se encuentran por secuestro agravado, la mayoría delinquieron en Zacatecas luego de ser enganchados por el crimen organizado.
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Aunque no suele suceder en todos los casos, la mayoría de quienes se encuentran en el lugar han experimentado el consumo de alcohol u otras sustancias ilícitas, y muchos de ellos iniciaron a partir de los ocho años, por lo que incluso reconocen haber cometido los delitos bajo los efectos de alguna droga.
“Tenemos un joven que está ahí por feminicidio, que andaba drogado y mató a su tía. Él dice que no se acuerda porque andaba muy drogado”, comentó la directora, al señalar que actualmente tiene 17 años, sin embargo ingresó al CERTMI cuando tenía apenas 15 años, y fue sentenciado a una pena de cinco años, la máxima que se le puede otorgar a los menores infractores, luego de la reforma realizada al sistema penal para este sector de la población.
Explicó que la mayoría de los menores que están internos en el lugar por cometer algún delito grave, provienen de una familia disfuncional, donde los padres no se hacen cargo de ellos o viven en los Estados Unidos y crecieron con los abuelos o el padrastro.
“Son familias donde hay generalmente violencia al interior y eso también ocasiona que ellos se enlisten con pandillas o la delincuencia organizada”, dijo Avelar Villegas, quien aseguró que bajo estas condiciones es muy fácil que los convenzan, pues se suma el ingreso económico que suele ser muy atractivo para ellos, pues son de escasos recursos.
Explicó que llegan sin haber concluido la secundaria o preparatoria, así como el caso de un joven que se encuentra en el lugar por homicidio y quien no sabe leer, ni escribir; por lo que además de terapias psicológicas individuales y familiar, también se les apoya para concluir con su educación básica, además del aprendizaje de talleres por medio de los cuales aprenden un oficio a fin de reintegrarse a la sociedad.
“Dentro de la reinserción social, ya tenemos también yoga, eso les ha servido bastante, los hemos visto muy cambiados”, comentó la directiva, quien agregó que también realizan manualidades como muñecas de trapo que posteriormente son vendidas, junto con lo realizado en los otros talleres, para que tengan la oportunidad de contar con dinero y consumir en la tienda que se encuentra al interior.
A la fecha no se ha registrado ningún joven que reincida en el delito cometido, al menos en el último año, ya que el tratamiento que incluye atención psicológica para lograr que puedan manejar sus emociones, temores y acciones.
Sin embargo regresan al hogar en el que sigue presentándose casos de violencia familiar y deserción escolar, lo que provoca que ellos puedan volver a reincidir.