Fue en el 2010 cuando inició la gestión para poner en marcha el Atlas de riesgo estatal de Durango, sin embargo tres años después se constituyó de manera formal en el estado y desde el año 2013 ha sido alimentado hasta formar una serie de capas de investigación, pues este muestra un área geográfica en especifico que se va marcando con información detallada de los posibles riesgos según sus características.
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El director de la Coordinación Estatal de Protección Civil (CEPC), Arturo Galindo Cabada, explicó que el sistema que rige el Atlas lo conforma un grupo multidisciplinario de expertos en diversas áreas como: biólogos, ingenieros en informática, medio ambiente y es a través de la información vertida por INEGI, la CEPC, así como aportaciones de municipios y entidades federativas que se nutre la información y se crean dichas capas con las que se trabaja.
El Atlas del estado de Durango se conforma por 284 capas de información, las cuales indican desde caminos, ríos, arroyos, presas, afluentes de agua, tipo de vegetación, ejidos y colindancia, líneas de energía eléctrica, hasta temas de seguridad; también estipula las viviendas que se encuentran en riesgo y existe un registro para en caso de haber sufrido afectación en años anteriores dar paso a las acciones de mitigación.
El Atlas también marca cuántos refugios temporales hay en la entidad, los sismos que se registran, pero sobre todo previene en caso de inundaciones, nevadas o fuertes vientos que puedan afectar a las comunidades.
“La información da paso a tomar estrategias de prevención, desde el ordenamiento del territorio para saber dónde construir o no, hasta dónde puede llegar a crecer la afluencia de un río o arroyo”, señaló el funcionario estatal.
Añadió que al presentarse alguna situación meteorológica de inmediato se realiza un polígono y de ahí se sabe cuántos menores, adultos, escuelas, viviendas, están afectadas; además conocen cuáles son las líneas vitales y el nivel de riesgo de los caminos que puede llevar los lugares que presentan algún problema.
La última actualización del Atlas de riesgo del estado se realizó en enero de este año, sin embargo se trata de una herramienta tecnológica que se alimenta día con día, subrayó el titular de Protección Civil estatal. De esta manera diariamente se elaboran y construyen las capas de información las cuales son replicadas a nivel nacional.
Galindo Cabada enfatizó que la CEPC tiene corresponsabilidad en el ordenamiento territorial pues es quien determina de acuerdo al Atlas y a un análisis de campo y tecnológico, si existe riesgo en las futuras construcciones de complejos habitacionales y con base en ello se da viabilidad o no a su construcción.
¿El Atlas de riesgo ha salvado vidas?
Muchas vidas en la parte preventiva ya que no se van construyendo riegos, comentó Arturo Galindo Cabada, quien fue el encargado de iniciar el modelo en el estado.
Actualmente de los 39 municipios de la entidad sólo Durango, Gómez Palacio, Lerdo y Guadalupe Victoria cuentan con Atlas de riego y se trabaja en un programa piloto con Canatlán, “está en capacitación junto con INEGI, pues el reto es que el Atlas no le cueste a los Ayuntamientos ya que es el mayor obstáculo, pues son herramientas caras, ahora aprovechando el altas del riesgo estatal la información de CEPC en INEGI, Canatlán solo invertirá en computadoras”, agregó.
¿Crear un Atlas es costoso?
Lo más costoso es la información, pues la adquisición de la tecnología solo equivale a un 15 por ciento del costo total. En el 2013 al estado le costó cerca de cuatro millones de pesos solo con información básica, actualmente a un municipio le puede costar cerca de dos millones.
