A ocho días de su desaparición, y a uno de haber sido localizado sin vida, tras sufrir un accidente y caer a un precipicio por más de 100 metros de altura, sobre la supercarretera Durango-Mazatlán, el menor de edad Luka Azael Morales García es velado en una de las salas de Funerales Hernández, empresa que ofreció sin costo su servicio a la familia del joven que ha dejado un marcado hueco en el corazón de los duranguenses.
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Su caso cobró popularidad luego que el 24 de enero las redes sociales se comenzaron a inundar con su fotografía, a través de la cual se solicitaba ayuda para localizarlo, luego que desde alrededor de las 5:00 horas, no había vuelto a casa.
Pasaron los días y su rostro se fue difundiendo más y más; su familia se mostraba desesperada por encontrarlo, y por otro lado, desconocidos hacían propia la búsqueda. Se convirtió en una historia que todo Durango adoptó, y que tras la conclusión inesperada de su caso, provocó conmoción, dolor, tristeza y luto.
Hoy, la búsqueda terminó, y Luka se encuentra en una sala de velación, a punto de ser despedido por su familia Morales García, y por toda una ciudadanía que rogaba su pronto y sano regreso.
- Fortaleza para los suyos, y un sentido adiós para Luka Azael. ¡Vuela alto!.
Luka se encuentra en la Sala Resurección de Funerales Hernández; sus honras serán este sábado 3 de febrero a las 12:00 horas, en la Catedral, y finalmente se le despedirá en el Panteón Valle de los Sabinos.
Analco se cubrió de flores
El recinto funerario estaba repleto de coronas y arreglos florales, para darle la última despedida a Luka Azael.
Aquel jovencito que jugaba futbol americano, que era un estudiante de preparatoria, ese mismo que un día salió a pasear en bici y no regresó a su hogar, hoy su familia y seres queridos lo despiden con tristeza.
Sus amigos, sus compañeros, su familia y todo Durango está de luto; caras largas, lágrimas, oraciones y música invaden el lugar en donde yace el cuerpo del jovencito.
Hoy todos despiden a esa promesa deportiva, cuyos jerseys y cascos de juego lo acompañan en su viaje.
Ese niño explorador que encendió una fogata sin saber que iba ser la última, tienes todo listo para correr de nuevo y anotar, pero desde un emparrillado celestial. Te despedirán con una porra, con flores, te cargarán y te dejarán en tu última morada terrenal.
- Vuela alto, vuela lejos Luka…