Cansados de la violencia que se vive en el país, en donde a diario hay personas asesinadas o desaparecidas, y donde el crimen ha permeado en la sociedad, parroquias de todo el país decidieron sumarse al llamado de paz al hacer sonar las campanas de sus templos en punto de las 15:00 horas.
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Fue la Conferencia del Episcopado Mexicano, a través de un comunicado emitido el pasado 16 de junio, la que pidió a los líderes católicos sumarse a la protesta que se realizó a nivel nacional, esto a un año del asesinato de los sacerdotes Jesuitas, Javier y Joaquín en la sierra Tarahumara, frente al altar de la iglesia de Cerocahui, en Chihuahua; a manos de un grupo de la delincuencia organizada que tenía presencia y atemorizaba a los habitantes de la zona.
En el comunicado también se hizo referencia a “aquellos que han trabajado incansablemente por el bien común y han sido víctimas de la violencia como nuestras hermanas Catequistas asesinadas en la diócesis de Huajuapan de León. Reconocemos su dedicación y sacrificio, y les rendimos homenaje por su noble labor”.
De esta manera, la Catedral Basílica Menor, en el centro de la ciudad de Durango, así como todas aquellos templos que quisieron sumarse al llamado para hacer conciencia de los efectos negativos que tiene la violencia en el país, hicieron repiquetear las campanas, las mismas que utilizan para hacer el llamado a misa.
“Es un signo y compromiso que tenemos todos a favor de la paz, en la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús”, dijo el sacerdote Julio Carrillo Gaucín, párroco de la parroquia del sagrado Corazón de Jesús, ubicada en la Comarca Lagunera de Durango, la cual hizo repicar sus campanas en punto de las 15:00 horas de forma simultánea en todo el país.
El sacerdote dejó en claro que no es una protesta, sino sólo es para hacer conciencia de que todos debemos trabajar por la paz, pues desafortunadamente México va en picada, ya que no hay acciones que nos den una luz de que van a mejorar las condiciones de seguridad para nuestras familias.
“Hemos visto que cada vez más en los Estados y municipios, los hechos violentos son los que ‘reinan’ desafortunadamente y no se ve para cuándo pueda ser controlado”, señaló el representante de la iglesia católica.
Ante los asesinatos de los sacerdotes jesuitas en la comunidad de Cerocahui, el padre Julio carrillo comentó que también como iglesia están haciendo su parte, para que se haga algo, pues no hay una estrategia que propicie el combate a la delincuencia, no es cierto que a través de abrazos y no balazos se va a resolver el problema, “no hay una propuesta clara que nos lleve a pensar que en un futuro próximo haya condiciones de paz, sino al contrario, esto va empeorando”, comentó.
Pero no sólo esta agresión a los sacerdotes jesuitas se ha presentado, sino también hace poco al arzobispo de Durango también sufrió una agresión; otros sacerdotes en Morelia; la agresión a una iglesia; “aunque más allá de los sacerdotes, tenemos que ser conscientes que es una responsabilidad para todos, porque todos estamos expuestos y frágiles, de ahí que todos debemos alzar la voz”.
“En la Laguna se ve un ambiente aparentemente de paz y esperemos que no haya hechos en contra de la sociedad que es lo que nos interesa, de ahí que desde nuestra trinchera vamos a seguir fomentando, anunciando y promoviendo la paz”, dijo.
Además en los domingos en la misa, en la homilía insistirán en la necesidad de buscar caminos de paz y solidaridad de las víctimas, porque hay que pensar en las madres de familia que están buscando por su cuenta a sus hijos sin ningún apoyo del Gobierno federal, y que incluso les están haciendo el trabajo.
Al cuestionarlo por aquellos que ya buscan ser el próximo Presidente de México, señaló “bueno, desafortunadamente están desviando la atención de la realidad, ya que no es tiempo de campañas y ellos ya lo están, y quizá sea una cortina para olvidar la realidad tan tremenda que vive nuestro país”, concluyó el padre Julio Carrillo.