Durango se ubica como la "Tierra del Cine" con rodajes que trascienden fronteras

El experto en el tema de la cinematografía realizada en Durango, Francisco Canales señala que la entidad sigue con potencial para mantenerse en el ánimo de productores

Víctor Blanco | El Sol de Durango

  · domingo 30 de mayo de 2021

Francisco José Canales/ Foto: El Sol de Durango | Josue Gutiérrez

Si bien es cierto que en algún momento de la historia a Durango se le encasilló como escenario exclusivo para filmación de películas de corte western, también lo es que a través de los años y con esfuerzo se ha logrado ubicar a la "Tierra del Cine" en rodajes distintos que han trascendido fronteras, de tal manera que nuestra entidad sigue con potencial para mantenerse, como se ha demostrado en el ánimo de productores.

Así lo destaca en entrevista en el programa "Rostros… la otra cara de la moneda", el experto en el tema de la cinematografía realizada en Durango, Francisco José Canales Gutiérrez, quien en la charla transmitida en vivo a través de la plataforma de Facebook de El Sol de Durango, comparte con nuestros lectores pasajes de su vida, en donde destaca desde luego su paso por el servicio público, pero también, su experiencia en el ámbito fílmico.

Canales Gutiérrez, hijo de María Gutiérrez de Canales, maestra normalista y de Francisco Canales Ruiz, abogado, magistrado del Tribunal de Justicia y notario. En su infancia fue “cerillo” en el primer comercio de autoservicio de la ciudad.

Más tarde, la vida lo llevó hasta el centro del país, donde virtud de sus capacidades logró trabar amistad con personajes de la política nacional, donde entre otros muchos, destaca la figura de José Antonio Álvarez Lima, a la postre, gobernador de Talxcala y ya recientemente director de Canal 11 del IPN, luego senador de la Republica.

Desde los años 70 y 80, el duranguense trabaja en Canal 13 de televisión, lo que luego le da las tablas suficientes para llegar a ser director de Turismo en el Gobierno de Héctor Mayagoitia Domínguez y posteriormente con Maximiliano Silerio Esparaza, en ambos sexenios, con una amplia producción cinematográfica que le significa el consolidar una vasta experiencia en el tema.

En este trayecto, Canales atiende en una de sus filmaciones en Durango al fotógrafo, actor y director Jorge Roussek, donde liga fuerte amistad con el sonorense que, se prolongó hasta su partida de este mundo en 1998, al grado de que el extinto ordenó que sus cenizas fueran esparcidas en tierras duranguenses y específicamente en zona de filmaciones, en las inmediaciones de Casablanca y Chupaderos.

En uno de estos episodios como director de Turismo le tocó concertar el encuentro entre la estrella de Hollywood Jack Nicholson y el mexicano Emilio “El Indio” Fernández. Nicholson filmaba aquí Con la soga al cuello, y suspendió el rodaje todo un día, en que se enfrascó en intensa charla con el también genio del cine nacional.

Narra que sin duda su mejor experiencia en el mundo de las filmaciones fue precisamente con Russek y Emilio Fernández, en tanto que la más complicada, fue con una despótica Florinda Meza, que vino a Durango a producir la telenovela Algún vez tendremos alas, protagonizada por la entonces naciente estrella Kate del Castillo y Humberto Zurita.

Sucedió que hubo complicaciones para adecuar uno de los escenarios en Nombre de Dios y sin razón, la actriz y productora, utilizando palabras altisonantes, intentó ningunear al director de Turismo, quien le explicó las circunstancias que habían atrasado la terminación del espacio, empero, la dama no entendió razones. Le llamó burócrata cuadrado y le amenazó con quejarse ante el Gobernador Silerio a quien pediría que lo despidiera. No lo despidieron y aquello cerró con un ramo de flores y una disculpa para la mamá de Kiko.


El Museo del Cine

El ser hiperactivo de Francisco Canales le ha dado para conformar en este periplo, dos museos del cine. En ambos casos, de manera inexplicable y mágica, los acervos se perdieron en los cambios de sexenio.

Hoy, en este sexenio, ese híperactivismo le ha dado para contribuir en el reinicio de un nuevo proyecto, desde luego, con todo el impulso de Eleazar Gamboa de la Parra, Secretario de Turismo, de tal forma que antes de que formalmente se establezca el nuevo espacio cultural, el entrevistado logró ya sumar al nuevo acervo un tesoro conformado por más de 130 películas hechas en Durango que ha donado a la causa el empresario duranguense Julio Morales. Estos filmes serán exhibidos una vez se abra el museo y podrán ser disfrutadas por los cinéfilos y familias que gusten del séptimo arte.


Durango fue encasillado como escenario exclusivo para Westerns

En efecto, Durango como Tierra del Cine, llegó a quedar encasillado como espacio especial y exclusivo para el rodaje de películas del Oeste o westerns.

Sin embargo, a partir de sus relaciones y astucia, obviamente con el respaldo de Silerio Esparza, esa tendencia fue revertida, de tal forma que en estas tierras no solamente se filmaron las películas de “caballitos”, como peyorativamente se les adjetivó, sino que comenzaron los producciones de telenovelas, documentales y comerciales. Televisa y TV Azteca desarrollaron aquí varios proyectos, e hicieron lo propio televisoras de otras parte del mundo.

Vale la mención que indica que en el caso de las telenovelas, jugó un papel digno de anotar, el locutor, conductor y reportero de Canal 12, Claudio Mercado Rentaría, quien en su carácter de secretario general del SITATYR en Durango, concertó la llegada de un homónimo suyo en el ámbito sindical, nada menos que del productor de telenovelas de Televisa, Juan Osorio, también dirigente de este Sindicato y ahí se hizo posible avanzar en la anulación o exterminio del estigma ya citado.


En 1954, la primera película con derrama económica

Fundado en su experticia sobre la materia, Francisco Canales aclara que sí, fue en 1954 cuando se filmó la primera película en Durango, Pluma Blanca, pero ya en una proyección de derrama económica y que además, constituyó el preludio de lo que hoy es orgullosamente La Tierra del Cine.

Sin embargo, ya a finales del siglo antepasado, en la década de los noventa seguramente, se filmó Un tren llegando a Durango.

Sucedió que recién inventado el cinematógrafo, el siguiente paso fue su comercialización y en el caso de América, entre otros puntos, en México se procuraron tres sitios, la capital del país, Mérida Yucatán y Durango. Nuestro estado entonces, como hasta ahora, brillaba en el mundo por sus minas de oro, había muchos recursos, de ahí que hubiera sido escogido para vender el novedoso aparato y un primer filme fue en los terrenos de la ex Estación de Ferrocarril.

Más tarde hay una buena cantidad de producciones que protagonizó, en tierras duranguense, ni más ni menos que el Centauro del Norte, Francisco Villa… pero esa es otra historia.

En conclusión, Paco Canales considera que el trabajo de décadas no ha sido en vano y hoy en día, entrados ya en el siglo XXI, el estado de Durango sigue gozando de gran potencial para seguir siendo escenario de filmaciones, es decir, "la tierra del cine" y no solamente en cintas de vaqueros.