/ miércoles 31 de julio de 2024

El 2000, el año en que no acabó el mundo como decían las predicciones

El cambio de milenio mantuvo en temor prácticamente a todos “...decían que cuando cambiara la hora al 2000, las computadoras ya no iban a funcionar, que porque no estaban programadas para más tiempo”

A lo largo de la historia en más de una vez se ha dicho que el mundo va a terminarse en determinada fecha, por ejemplo en el año 2000, bajo el argumento que al brincar del 1999, habría una desconfiguración en todos los aparatos electrónicos, sobre todo computadoras y otras máquinas encargadas de situaciones fundamentales.

El cambio de milenio mantuvo en temor prácticamente a todos, y el efecto 2000 era el argumento para muchas cosas; la humanidad entera entró en pánico, sobre todo porque si bien se decía que iba a terminarse todo, la incertidumbre era respecto a cómo sucedería.

Afortunadamente el 2000 pasó a la historia como el año en que no se acabó el mundo, pero también el año del cual hay mucho que contar / Foto: Hemeroteca El Sol de Durango

Afortunadamente el 2000 pasó a la historia como el año en que no se acabó el mundo, pero también el año del cual hay mucho que contar. En Durango no se hicieron esperar los rumores y predicciones públicas sobre el fin del mundo en aquel tiempo.

“Decían que cuando cambiara la hora al 2000, las computadoras ya no iban a funcionar, que porque no estaban programadas para más tiempo”, declaró Olivia Contreras para El Sol de Durango, al recordar parte de todo lo que se decía previo al cambio del milenio.

En una ojeada a la hemeroteca, en las ediciones de diciembre de 1999 y enero del 2000, no se encontró mucho acerca de los rumores, pero sí hay publicaciones de festejos por el cambio de milenio, además de mensajes de ánimo, por ejemplo del entonces mandatario estatal, Ángel Sergio Guerrero Mier.

Afortunadamente el 2000 pasó a la historia como el año en que no se acabó el mundo, pero también el año del cual hay mucho que contar / Foto: Hemeroteca El Sol de Durango

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“A los durangueños de hoy nos ha tocado la oportunidad de vivir una etapa trascendente en la historia de la humanidad, que es despedir el siglo XX, y con él al segundo milenio de nuestro calendario, y recibir a una nueva centuria que entraña también entrar al tercer mileno de nuestra era. (…) A esta hora de Durango no basta el hacer señalamientos, críticas o condenas de nuestras necesidades y carencias, lo que importa es sumarse a este esfuerzo creador y compartido que unifica e identifica a los segmentos mayoritarios de nuestro pueblo”.

Y en medio de la incertidumbre hubo festejos en el centro de la ciudad, se trató de una fiesta popular frente a la Catedral de Durango, misma que se prolongó más de la medianoche, hora precisa para el festejo en el cambio de un día a otro, de un milenio a otro.

Afortunadamente el 2000 pasó a la historia como el año en que no se acabó el mundo, pero también el año del cual hay mucho que contar / Foto: Hemeroteca El Sol de Durango

Se repartió un enorme pastel de cinco por tres metros, a un costado de la Plaza de Armas, mientras que en la Plaza de IV Centenario se apreció además una piñata considerada la más grande del mundo, de 2.5 toneladas y un diámetro de 15 metros, misma que fue hecha por personal del Instituto Cultural del Estado de Durango, se lee en la edición del 1 de enero del año 2000, de El Sol de Durango.

Se tuvo una cápsula del tiempo, misma que llamó la atención de todos; se aseguró que en ella durante 50 años de guardará información general, con avances y retos en Durango.

A lo largo de la historia en más de una vez se ha dicho que el mundo va a terminarse en determinada fecha, por ejemplo en el año 2000, bajo el argumento que al brincar del 1999, habría una desconfiguración en todos los aparatos electrónicos, sobre todo computadoras y otras máquinas encargadas de situaciones fundamentales.

El cambio de milenio mantuvo en temor prácticamente a todos, y el efecto 2000 era el argumento para muchas cosas; la humanidad entera entró en pánico, sobre todo porque si bien se decía que iba a terminarse todo, la incertidumbre era respecto a cómo sucedería.

Afortunadamente el 2000 pasó a la historia como el año en que no se acabó el mundo, pero también el año del cual hay mucho que contar / Foto: Hemeroteca El Sol de Durango

Afortunadamente el 2000 pasó a la historia como el año en que no se acabó el mundo, pero también el año del cual hay mucho que contar. En Durango no se hicieron esperar los rumores y predicciones públicas sobre el fin del mundo en aquel tiempo.

“Decían que cuando cambiara la hora al 2000, las computadoras ya no iban a funcionar, que porque no estaban programadas para más tiempo”, declaró Olivia Contreras para El Sol de Durango, al recordar parte de todo lo que se decía previo al cambio del milenio.

En una ojeada a la hemeroteca, en las ediciones de diciembre de 1999 y enero del 2000, no se encontró mucho acerca de los rumores, pero sí hay publicaciones de festejos por el cambio de milenio, además de mensajes de ánimo, por ejemplo del entonces mandatario estatal, Ángel Sergio Guerrero Mier.

Afortunadamente el 2000 pasó a la historia como el año en que no se acabó el mundo, pero también el año del cual hay mucho que contar / Foto: Hemeroteca El Sol de Durango

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“A los durangueños de hoy nos ha tocado la oportunidad de vivir una etapa trascendente en la historia de la humanidad, que es despedir el siglo XX, y con él al segundo milenio de nuestro calendario, y recibir a una nueva centuria que entraña también entrar al tercer mileno de nuestra era. (…) A esta hora de Durango no basta el hacer señalamientos, críticas o condenas de nuestras necesidades y carencias, lo que importa es sumarse a este esfuerzo creador y compartido que unifica e identifica a los segmentos mayoritarios de nuestro pueblo”.

Y en medio de la incertidumbre hubo festejos en el centro de la ciudad, se trató de una fiesta popular frente a la Catedral de Durango, misma que se prolongó más de la medianoche, hora precisa para el festejo en el cambio de un día a otro, de un milenio a otro.

Afortunadamente el 2000 pasó a la historia como el año en que no se acabó el mundo, pero también el año del cual hay mucho que contar / Foto: Hemeroteca El Sol de Durango

Se repartió un enorme pastel de cinco por tres metros, a un costado de la Plaza de Armas, mientras que en la Plaza de IV Centenario se apreció además una piñata considerada la más grande del mundo, de 2.5 toneladas y un diámetro de 15 metros, misma que fue hecha por personal del Instituto Cultural del Estado de Durango, se lee en la edición del 1 de enero del año 2000, de El Sol de Durango.

Se tuvo una cápsula del tiempo, misma que llamó la atención de todos; se aseguró que en ella durante 50 años de guardará información general, con avances y retos en Durango.

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